19 DE FEBRERO DE 2023 

 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


El comunismo está en el gobierno y eso casi siempre, enseña la historia, antecede a su control completo e indefinido del respectivo país. A veces lo logra con métodos originales, pero siempre violentos, como el que empleó en 1948 en Checoslovaquia, cuando defenestró (lanzó por una ventana) al premier democrático Jan Masaryk. 

A un niño de pecho como Boric, si empieza con arrestos democráticos, los comunistas le van a hacer lo mismo o algo equivalente. Luego, "hay que hacer algo" para volver a salvar a Chile del comunismo, como ya una vez lo hicimos hace casi 50 años, "Hicimos", porque me cupo participar personalmente en ello desde la Cámara de Diputados. Ahora se trata del Senado.

Pues teóricamente estamos a un voto de poder salvar a Chile. La semana pasada le sugerí a un amigo diputado que asumiera la misión, consiguiendo el único voto que en teoría falta en la Cámara Alta Pero resultó que no sabía siquiera de la existencia del art. 53 N° 7 de la Constitución, que dice: "Son atribuciones del Senado: ... 7°.- Declarar la inhabilidad del Presidente de la República o del Presidente electo cuando un impedimento físico o mental lo inhabilite para el ejercicio de sus funciones". 

Es el caso en Chile. Boric ha puesto al país en curso de desintegración. La prueba del impedimento presidencial deberá rendirse, pero el mismo afectado ha aportado una cuando ha referido su prolongada estancia en un hospital siquiátrico, en Radio Cooperativa el 16.10.18. 

Pero mi amigo diputado renunció a aceptar la misión que le ofrecía, fundado en su escepticismo acerca de la posibilidad de conseguir, no ya votos de senadores independientes o gobiernistas, sino los propios 25 votos opositores. Pues casi todos estos últimos pertenecen a partidos que han firmado un pacto con Boric, denominado "Acuerdo por Chile", mediante el cual le garantizan al comunismo, (autor originario de la idea de una nueva Constitución) suprimir el Estado subsidiario que instituye la actual --la subsidiariedad estatal es lo que más molesta al comunismo-- y, por supuesto, derogar la Carta misma. 

Entonces, para salvar a Chile la tarea no es sólo convencer a un senador gobiernista de ausentarse de la sala, sino de convencer a un número indeterminado de senadores opositores, socios de Boric en el "Acuerdo por Chile", de perder su "affectio societatis" y votar por la destitución de éste para tener un nuevo gobierno no comunista.

Lamentablemente en la derecha han desaparecido los líderes políticos, empresariales y periodísticos que antaño se movilizaban para salvar al país del comunismo. Eran los de la talla de Pedro Ibáñez, Franciso Bulnes y Jaime Guzmán, entre los senadores; o Ernesto Ayala, Eugenio Heiremans, Carlos Urenda y Eduardo Boetsch, entre los empresarios; o Arturo Fontaine Aldunate entre los periodistas. Se movían a todo nivel y aunaban voluntades. 

Aún antes que ellos, en 1958, el conservador Juan Antonio Coloma y el liberal Raúl Marín Balmaceda estuvieron dispuestos a inmolarse --y el segundo de  hecho se inmoló-- para impedir que los entreguistas de derecha se fueran a apoyar a Frei Montalva, el "Kerensky chileno". Por eso ganó esa vez Jorge Alessandri. 

Hoy hay que hacer lo mismo, pero carecemos de conductores. "Hay que" convencer a una mayoría de senadores de salvar al país y no hay quien lo haga. Entonces, chileno, no preguntes por quién doblan las campanas: están doblando por ti.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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