11 DE FEBRERO DE 2023
Hermógenes Pérez de Arce
Copié de una publicación norteamericana sobre Chile: "Su Constitución inspirada por Milton Friedman está todavía intacta. Pero virtualmente en todas las partes que usted mire, los una vez sacrosantos pilares del sistema de libre mercado del país --desde sus pensiones y seguro de salud privados hasta cuánto impuesto gravará los grandes negocios-- está bajo ataque después de la elección del líder más izquierdista en décadas".
Yo quise salvarlos de Piñera y no me hicieron caso. Pues Piñera condujo a Boric. Ahora quiero salvarlos de Boric y tampoco me hacen caso. Está literalmente destruyendo a Chile. Hay que aprovechar la buena Constitución que todavía tenemos para detenerlo. En su art. 53 n° 7 ella dice que el Sernado puede declarar la inhabilidad mental del Presidente. Y todo el mundo sabe que tal inhabilidad existe (hasta él mismo la ha confesado).
En el Senado la mitad es de oposición. ¿Y cómo no va a haber uno, siquiera un senador gobiernista consciente, que dé la mayoría necesaria? ¿O uno o más que no concurran a votar? Declarada la inhabilidad, se hace otra elección presidencial y la derecha, con el triunfo asegurado, inicia la reconstrucción del país, tal como hace 50 años y por una vía todavía más constitucional que entonces.
Pero tenemos una mala clase política y, por tanto, es probable que ella no haga nada. Incluso así, vienen temblores fuertes. Según la encuesta Pulso Ciudadano de 29 de enero pasado, la oposición ganará la elección de convencionales del 7 de mayo. Dentro de la oposición el partido más fuerte es el de la Gente (9,4%). Chile Vamos y Republicanos están prácticamente empatados (8,3 y 8,2 % respectivamente). Pero ¡ojo! el 52,6 % no tiene partido ni preferencias políticas (vota por "Ninguno" en la encuesta presidencial). Y si obligan a esa gente a votar, bueno, ya lo hizo: 62 % por el Rechazo en septiembre.
El descontento con el gobierno y con la "Lista del Indulto" debería favorecer preferentemente al Partido Republicano, el único de derecha que hay y que no ha pactado con el régimen, como ChileVamos. Este último representa al impopular Piñera y a su pacto con el todavía más impopular Boric y el comunismo, a cuyos pies han rendido la esencial subsidiariedad del Estado.
Claramente hay una cosa que no se debe hacer por ningún motivo el 7 de mayo: votar nulo. Eso es favorecer a la izquierda.
Y aunque los políticos pusilánimes no destituyan a Boric ahora, el 7 de mayo éste será otro país político y la solución vía inhabilidad presidencial declarada por el Senado, si no se ha aplicado antes, será mucho más factible. Una mayoría popular hará, tal como en 1973, que el cambio de gobierno se haga inevitable.
Pero ojo: en Chile hay dos "voluntades populares". una, con voto voluntario, que eligió a Boric y que habría aprobado su mamarracho constitucional (esto lo comprobó un estudio citado por Eduardo Engel en La Segunda de ayer); otra, con voto obligatorio, que le dio 62 % al Rechazo.
El 7 de mayo se va a manifestar en toda su intensidad el repudio al actual gobierno. Y reforzado, porque el norte, habitualmente favorable a la izquierda, ahora votará contra ella debido al drama de la inmigración descontrolada, que genera masivos desfiles antigubernamentales en las principales ciudades. Y en el sur el voto favorable a la derecha estará todavía más reforzado.
En el centro del país también la oposición cosechará votos por el descontento general provocado, principalmente, por la delincuencia y la inflación. La primera, "protegida" del gobierno y su "lista del indulto". La segunda, generada por el alza del dólar ante las medidas anti inversión del gobierno.
En conclusión: en 2023 el país puede salvarse del comunismo una vez más, como hace 50 años.
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
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