27 DE AGOSTO DE 2021
Hermógenes Pérez de Arce
El Comunista es en Chile un partido impopular (sus exponentes obtienen alto rechazo en las encuestas), que consigue apenas los votos para existir legalmente (5 %), pero infunde mucho temor entre políticos de centro y de derecha, porque maneja armas y sicarios que asesinan a sangre fría cuando sus jefes lo ordenan. Asimismo, injuria, calumnia y funa sin restricciones a los adversarios y críticos suyos sobrevivientes, mediante consignas que sus propios adversarios (esto cuesta entenderlo), "compañeros de ruta" y "tontos útiles" repiten como autómatas y hacen suyas, presa del pánico que los invade.
En Chile quien más les teme y, por tanto, mejor cumple todos sus deseos es Sebastián Piñera, que ha construido una carrera política sobre la base de ser el mejor "niño de los mandados" del comunismo. El ministro de su gabinete que irrite al partido rojo se va. En 2018 Mauricio Rojas fue nombrado Ministro de las Culturas y alguien publicó una declaración suya donde afirmaba que el Museo de la Memoria marxista, "más que un museo (...) es un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es el de impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar. Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente" (...) Un museo de izquierda para contar una versión falsa de la historia de Chile (...) Es algo para que la gente no piense, para atontarte".
Los comunistas estallaron de ira y Piñera inmediatamente echó al ministro recién nombrado, que estuvo sólo 94 horas en el cargo, nada más que porque era fin de semana. Si no, lo habría sacado a los dos minutos. Pues el gabinete de Piñera lo maneja la izquierda, desde siempre. Y sus jefaturas de servicios también: al Director del Museo Histórico lo destituyó porque en una exhibición documental incluyó una frase del ex Presidente Pinochet y los rojos pusieron el grito en el cielo.
Bueno, esto explica también la situación actual del país, su acelerada marcha hacia el marxismo y el estado de locura revolucionaria que se está viviendo desde que Piñera renunciara a mantener el orden y rindiera la Constitución vigente. Con una Elisa Loncón a la cabeza de la asamblea constituyente, que desde ya y de facto está suprimiendo la libertad de expresión y excluyendo de una comisión a personas de derecha, junto con proponer suprimir la República y el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos, ¡la revolución bolchevique ya está en marcha, señores! Y Piñera hasta se vanagloria de haberla él iniciado con su "Apruebo".
Liberado de su función ministerial, Mauricio Rojas se dedicó a escribir la historia real del Partido Comunista chileno y de ahí ha surgido su Libro Negro, que estoy comenzando a leer y del cual, por tanto, no puedo todavía opinar. Pero, con lo ya leído, me temo que no va a ser del gusto de los comunistas. Tengo la esperanza de que, por esta vez, Piñera no se allane al deseo de ellos de ejercer la censura previa y ordenar recoger la edición, como con tan poca gracia, pero sin que se le moviera un pelo de su cabellera democrática, ordenara Eduardo Frei Montalva hacerlo bajo su gobierno con el libro "Frei, el Kerensky Chileno", que resultó tan profético como resultaría hoy un eventual "Piñera, el Segundo Kerensky Chileno", que más de alguien podría estar escribiendo.
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
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