15 DE AGOSTO DE 2021
Hermógenes Pérez de Arce
"Negacionismo": decir la verdad acerca del gobierno militar, es decir, que procuró respetar los derechos humanos, pese a soportar una agresión terrorista significativa.
Es fácil probarlo: en su Declaración de Principios, numeral 5), se declaraba "respetuoso de los derechos humanos", el 11 de marzo de 1974. Apenas terminada la lucha armada con la guerrilla, que fue breve y generó 1.823 caídos entre el 11 de septiembre y el 31 de diciembre de 1973 (1.500 a manos de uniformados y 323 a manos de la guerrilla) la Junta dictó la Circular N° 1, en la cual ordenaba respetar los derechos de las personas. Después el Ministerio del Interior dictó su circular N ° 22, según la cual no se podía detener a nadie sin mediar decreto. Y la Circular N° 74, dirigida al personal de Carabineros, condenaba el uso de fuerza inadecuada y ordenaba observar "rectitud y corrección" en los procedimientos.
Con el tiempo se comprobó que la DINA no respetaba esas normas. Entonces se disolvió la DINA. Pero acá venían personas de fuera a comprobar el respeto a los derechos humanos: la Brookings Institution y la Heritage Foundation de Estados Unidos. La segunda se puso en contacto con el presidente de la Cruz Roja Internacional, Jean Francois Benard, quien le expresó que tenía permiso del gobierno para visitar a cualquier preso y examinarlo sin aviso previo. Viajaba periódicamente a Chile. Por supuesto, no le daban igual permiso para ir a la URSS o a Cuba, que eran los acusadores de Chile.
Desde el 73 la URSS presentaba en la ONU acusaciones de que en Chile se introducía a los presos en "jaulas con cóndores" y a las mujeres las "violaban perros amaestrados" y "les introducían ratones en la vagina". Si se hubiera dado algún dato podría haber habido algún proceso en Chile, pero nunca nadie dijo nombres ni circunstancias. En un reciente video de un aborigen extremista alzado él repite lo de los ratones. A mí me lo echó en cara en un foro el abogado comunista Eduardo Contreras en el canal de la U. de Chile. En un libro titulado "Pinochet: verdad o ficción", editado en 1980 en Madrid, p. 233, se menciona eso y un agente desertor polaco confiesa que ellos decían esas cosas sin tener ninguna prueba. Lo importante era repetirlas. Esto es muy efectivo. Tanto que hace un par de años un partidario y ex funcionario del gobierno militar dijo que ya no lo defendería, por eso de los "ratones en la vagina", y que su señora estaba llorando junto a él. Díganme si no es propaganda efectiva.
En el Gobierno Militar funcionó una Comisión Asesora en esa materia, en que colaboraron los abogados Guillermo Pumpin y Ricardo Rivadeneira. Está citada en la obra ""Una Misión Olvidada". de Mario Correa Bascuñán. Allí reveló que los guerrilleros beneficiados por la Ley de Amnistía eran más del doble que los militares acogidos a ella. Es decir, no fue un "autoperdón". Y el que hubiera militares presos y procesados revela que se sancionaban los atropellos.
Lo que sucede es que en Chile la preeminencia izquierdista es tal que si alguien dice la verdad lo insultan, funan y agreden. Entonces casi nadie se atreve. Y como la izquierda manda en la prensa, en la televisión, en la radio, en el Gobierno de Piñera, en el Congreso, en el Poder Judicial y en la Convención Constitucional, es decir, en todas partes, nadie se arriesga a que le digan "negacionista" y promotor de los "ratones en la vagina".
Todo lo que se publica sobre torturas, desaparecidos y "crímenes de Pinochet" es mentira. Pero las torturas documentadas bajo Frei Montalva y Allende quedaron impunes y no se publican. La primera vez que los tribunales castigaron algunas y se condenó a responsables fue bajo el gobierno militar (caso "Vengadores de Mártires" y transportista Fernández del FPMR). El subdirector de Investigaciones de Allende torturó a Juan Luis Ossa y éste lo relató en "El Mercurio" del 23.01.72, pero aquél permaneció impune en su cargo y nadie lo procesó. Las aplicaciones eléctricas no dejan huella.
Al final del gobierno militar la Vicaría de la Solidaridad, cuyo jefe de Archivo era un alto jefe comunista y del FPMR, José Manuel Parada, había denunciado 651 casos de desaparecidos, en libros que yo conservo. Eran todos los desaparecidos que había. Posteriormente el general Contreras publicó una investigación en que precisó el paradero en cada uno de esos casos. Pero hasta hoy hay restos de personas en el Cementerio General, en el Instituto Médico Legal y hasta en las oficinas de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos ("La Tercera", 18-07-18) y nadie ha querido investigar identidades. Aquí se forman Comisiones Investigadoras de la Cámara a cada rato. ¿Por qué no se forma una de detenidos desaparecidos? Porque saben que no hay.
"El exilio". El gobierno militar exilió unas pocas personas, que pueden contarse con los dedos de las manos. No hubo exilio masivo alguno. Lo que sí hubo fue conmutación de penas a terroristas presos, a quienes la izquierda les conseguía trabajo en el exterior. Se conmutaba la pena a extrañamiento, permitiéndoles así viajar. Eso no fue exilio. Pero frecuentemente aparecen en los medios personajes relatando su "exilio" sin que nadie los hubiera echado.
En fin, si se crea la cátedra de "Negacionismo", ahí va a surgir la verdad sobre todo esto, salvo que el profesor sea comunista y se limite a repetir las consignas del KGB. O, si no lo es, que la justicia de izquierda meta preso al profesor por haberse aprobado la "ley mordaza" en trámite, cuyo autor, el senador Navarro, ha tenido la deferencia de bautizarla como "Ley Hermógenes", supongo que en homenaje al primero que busca meter preso con ella.
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
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