Gonzalo Ibáñez Santamaría
"Si con el caldo va sanando, sígale dando"
Mucho se ha hablado, a propósito de la última elección presidencial, de la notable diferencia entre el Boric de la primera vuelta y el Boric de la segunda. En la primera, un revolucionario desaforado, ideologizado, claramente cooptado por el partido comunista, violentista, partidario de refundar Chile y de eliminar el rodeo. En la segunda, en cambio, un hombre reposado, respetuoso de nuestra historia, respetuoso de Carabineros y de nuestras FF.AA., dialogante, cuidadoso con lo que “Chile ha avanzado”, nada de refundaciones. ¿Qué pasó entre medio?
Claramente, la súbita y muy fuerte aparición del fenómeno Kast. Este, contra todo pronóstico en primera vuelta se impuso desde luego, duplicándolo, a Sebastián Sichel, candidato de la “centro derecha”; pero, más importante, se impuso sobre el mismo Boric. Este aprendió la lección y viéndose “contra las cuerdas” cambió de manera radical su discurso tomando muchas de las ideas del mismo Kast. Como este mismo señaló en reciente entrevista. “Sin el programa (de él), Gabriel Boric no habría hablado de seguridad, de narcotráfico, nepotismo, responsabilidad fiscal, mejorar las pensiones con este sistema, ni tradiciones chilenas, temas que debió tomar en la segunda vuelta. Un candidato que quería eliminar el rodeo y terminó diciendo que “aprendió” que es parte de la tradición de Chile”. Nada, pues, de excesos.
Le fue bien a Boric con su cambio de estrategia, triunfó en la segunda vuelta y se quedó con la presidencia de la República. Resulta que fueron muchos los que, teniendo dudas acerca del Boric de primera vuelta, resolvieron apoyar al de segunda. Ahora piden entonces que, entre los dos Boric, prime el de la segunda vuelta: Lagos, Insulza, Burgos, entre muchos otros. Lo cual no es nada de fácil, porque si cuesta poco cambiar un discurso, cuesta mucho cambiar las ideas que han predominado durante toda una vida. De hecho, si Boric no aprecia una fuerza que lo refrene, a muy poco andar tendremos al de primera vuelta.
Pensar que esa fuerza puede estar en los partidos que apoyaron a Sichel es puro espejismo. RN, la UDI y Evópoli no son contrapeso de nada. Están para ir donde más calienta el sol. Esa ha sido su historia y no se ve cómo ella pueda cambiar ahora.
Está claro que la única fuerza capaz de mantener a Boric en la moderación es aquella fuerza que lo obligó a la moderación, esto es, Kast. Como dice el viejo refrán popular: "si con el caldo va sanando, sígale dando". Es esto lo que los chilenos debemos entender ahora más que nunca. El resultado final de la elección no permitió que Kast triunfara pero sí que se convirtiera en la gran fuerza que le permita a Chile seguir siendo Chile. Apoyémosla.
Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm
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