Cristián Labbé Galilea


No hay caso con los humanos, somos especiales: teniendo acceso a todo tipo de información, ya sea a través del teléfono, la internet, las redes sociales, los medios de comunicación (TV, Radio, Diarios…,) día a día son más los que “comulgan con ruedas de carreta”.


Aunque sea redonda como una hostia, resulta imposible para un “cristiano” (y para un no cristiano también) tragarse una rueda de carreta; sin embargo, abundan los cándidos dispuestos a “engullirse” mansamente absurdos disparates y sesgados comentarios, especialmente en asuntos de política contingente.

A diario comprobamos cómo personas medianamente ilustradas son fácilmente “engatusadas” con informaciones burdas y sesgadas. 

Son pocos los que, chequeando y cruzando datos, son capaces de denotar y denunciar el grosero intento de la izquierda y del progresismos por engañar a la opinión pública, con embustes que nada tienen de sutiles.

En estos días hemos sido testigos de cómo los incendios de la Amazonía han servido para que la izquierda se dé un festín en contra del Presidente Bolsonaro y todo aquello que no hieda a izquierda.

Un mínimo de rigurosidad de cualquier “opinólogo criollo” le habría permitido comprobar que la Amazonía no es “El Pulmón del Mundo”, como se ha señalado profusamente, ya que esa función le pertenece a los mares y océanos, más específicamente a unos microscópicos organismos  que se encuentran en su superficie (los fitoplancton), los que contribuyen con el 80 % del oxigeno de la atmósfera de la tierra y donde la Amazonía produce menos del 10% de éste (Reality Check, BBC).

Mientras los activistas de izquierda, aprovechándose de las llamas de Amazonía brasileña y boliviana, se dan un banquete con el tema medioambientalista, poco se dice de lo que está ocurriendo en África, particularmente en Angola y República Democrática del Congo (RDC), donde los “incendios ignorados” son cuatro veces superiores a los del Brasil (imágenes satelitales de la NASA).

Ni preguntarse si los activistas verdes, y los incautos que los siguen, han calculado cuanta “huella de carbono” genera toda la parafernalia que acompaña a la “pequeña y tierna Greta” y cuanto contribuyen “al calentamiento de la paz mundial” sus “inocentes retos políticos”.

Como en muchos casos similares, sin desconocer la importancia del tema, uno debiera evitar que “le pasen gatos por liebres”. No se necesita ser muy perspicaz para descubrir que: Trump, Johnson, Macri, Bolsonaro, por nombrar a los de más actualidad, son objetivos prioritarios de la izquierda internacional porque lisa y llanamente “no comulgan con ruedas de carreta”.

Comentábamos estos temas cuando supimos que las FARC volvían a la lucha armada dejando en ridículo a las autoridades colombianas que se tragaron el cuento de que “los moros… se habían convertido”.

Un viejo parroquiano recordó: “les dije en su momento que… ¡A Papa Mono no le venían con plátanos verdes!, esto cuando ustedes le creían a la collera Timochenko-Santos, y pelaban sin miramientos al Presidente Uribe, quien nunca comulgó con ruedas de carreta…”.

 

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