Cristián Labbé Galilea


Mientras un controvertido -por no decir chabacano- Festival llena las páginas de los medios, y copa las pantallas de televisión, han pasado desapercibidas las declaraciones del Ministro de Educación en las que, entre otras cosas, define como prioridad de su sector “la alfabetización en sexualidad”. Es cierto, son temas muy diferentes, pero no se puede desconocer que ambos describen la realidad vivida en… “la copia feliz del edén”.

El desenfreno y la vulgaridad del espectáculo festivalero, y las declaraciones del controvertido titular de educación… son preocupantes, pero no podemos “meterlas en el mismo saco” porque… una es una constatación del presente y la otra… una advertencia.

De pacato nada, de beato menos, pero esta terrenal pluma toma posición: lo que necesita el mundo de hoy es… alfabetización moral y no sexual. Si algo nos debiera preocupar con respecto a lo que van a vivir el 2050 los niños de hoy, es que su educación esté fundada en: valores y virtudes… más que en el sexo.

Valores laicos y universales, válidos para cualquier sociedad, religión o culto, como: responsabilidad, solidaridad, honestidad, integridad, libertad… son los que debe asimilar un niño desde la más temprana edad; para eso se necesitan: maestros y autoridades, sin sesgos políticos, ni visiones reduccionistas.

Por lo mismo, resulta inaceptable que el titular de educación (militante RD) declare que el proceso educacional necesita una “alfabetización en sexualidad”, sin que nadie de la Sociedad Política reaccione. ¿Cómo alguien, que tiene responsabilidades de Estado, puede confundir educación con adoctrinamiento? ¿Alguien duda que la educación es el camino de la libertad y el adoctrinamiento el camino para ideologizar?

Es un peligro latente, en los tiempos que se viven, prescindir de una escala valorativa que oriente la vida humana, ¡idealmente! aprendida en la casa y consolidada en la escuela… absolutamente, pero la realidad corre por otro carril: los profesores en nuestro país son producto de un sistema educacional anticuado, politizado y comprometido; “no son libres”, están cooptados, son siervos de la política y sirven a un “modelo ideológico”.

Hemos visto quemar colegios, modestas escuelas rurales; hemos obtenido bajas calificaciones educacionales a nivel internacional; cada vez son peores los resultados en pruebas que miden la calidad de la educación y, como si eso no fuera suficiente, nos gobiernan quienes instrumentalizaron la educación como plataforma de lucha… pero ahora… en el poder, sólo ofrecen: “alfabetización sexual y cambio de paradigma (¿?) …”.

En un mundo donde los niños se han transformado en “zombis” absortos por un “teléfono inteligente”, hace mucha falta la familia, el maestro y esa educación humanista que va más allá del conocimiento, la tecnología, los algoritmos… Albert Camus (Premio Nobel de literatura 1957), al recibir el premio, se refirió a su maestro diciendo: “Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza, no hubiese sucedido nada de esto”.

En una línea… lo que necesita este mundo son verdaderos maestros… menos sexo y más filosofía.

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