Cristián Labbé Galilea
Tomarse la cabeza es la expresión corporal que mejor expresa asombro e indignación… Por lo mismo, ese debe haber sido el gesto instantáneo que adoptó la mayoría cuando escuchó a la alcaldesa metropolitana, con motivo del aniversario de la Fundación de Santiago el 12 Febrero (1541) … Cómo no, si esa debiera ser la reacción natural de cualquier persona sensata que escucha a una autoridad sembrar el odio y la inquina después de casi 500 años.
Con “la cabeza a dos manos” es lícito preguntarse, ¿hasta cuándo vamos a seguir aceptando que se profane la historia, y se abuse del poder, para mentir con tanto descaro? ¡Sin pestañar, ni arrugarse!, la Edil calificó la fundación de Santiago como: “un drama fundacional… y el comienzo del despojo y del sometimiento”.
Su intervención, además de grave e inaceptable, dejó de manifiesto su ignorancia supina… Ella nunca supo que el 12 de Febrero es también la efeméride de importantes hitos de nuestra vida republicana: la Batalla de Chacabuco (1817) y la firma del Acta de Independencia Nacional (1818)… Nada de eso la perturbó… excepto su inocultable resentimiento con la verdad del pasado.
¡Ninguna sorpresa! Su actitud obedece a instrucciones del gobierno: “hay que reescribir la historia”. Sirviendo a dichos propósitos, la alcaldesa vinculó, torcida y mañosamente, la fundación de Santiago con el Pronunciamiento Militar del 70… actitud que confirma el odio y el espíritu de venganza de la izquierda contra quienes, por haber dado seguridad, libertad y estabilidad al país, la hacen sentir que no tiene nada positivo que ofrecer porque… “son muy poca cosa”.
Esta leída pluma les recuerda a sus cultos contertulios que Ortega y Gasset sostenía: “El odio, el resentimiento y la tirria, no son más que expresiones de sentimientos de inferioridad”; esta intrépida estilográfica agrega: tales expresiones de rencor terminan siendo “un bumerang” que se vuelve contra quien lo lanza. Si alguien duda… que revise el rechazo del que “gozan” las actuales autoridades.
Son muchas las situaciones que confirman que todo está fríamente calculado: mientras el país “arde por los cuatro costados”, el gobierno arremete contra el sector forestal con contradicciones e incertezas jurídicas sobre el royalty y, mientras elogia la labor de Carabineros y las FF. AA, los hace responsables de la muerte de Neruda y promueve odiosos memoriales con motivo de los 50 años de la intervención cívico-militar del 73… Suma y sigue.
Definitivamente hay cosas que no se pueden dejar pasar, y que requieren de una reacción clara, oportuna y decidida de la Sociedad Política: deben denunciar estas prácticas odiosas, y la Sociedad Civil debe hacer lo propio a través de sus instituciones, léase, gremios, universidades, centros de pensamiento (think Tank) ONG…
No es posible que, para encubrir la inoperancia y el desgobierno, se tergiverse la Historia, se fomente la polarización y se promueva el odio: “El odio es la venganza del cobarde” (George Bernard Shaw), y el nuestro es…. ¡un pueblo de valientes!
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