Cristián Labbé Galilea


Quienes estudian la política saben que, en torno al poder, siempre se tejen sabrosas historias de misteriosos y a veces oscuros personajes, cuya influencia varía dependiendo de la personalidad del titular del cargo. Son esas las desconocidas figuras que analistas, periodistas o lobistas, tratan de identificar para descubrir el porqué de ciertas decisiones y… “hacia dónde van las misas.”

Lo anterior no tiene nada de extraño, excepto cuando se sabe que uno de esos “influyentes colaboradores” aparece como alguien cuyas posiciones, de “fondo y forma”, son diametralmente opuestas a las que sostienen la mayoría que eligió a dicha autoridad. Tal es el caso del “benjamín y poderoso” colaborador del Presidente, que fue lanzado al estrellato público este domingo en un reportaje de El Mercurio (D 8).

Ni sus 28 años ni su cercanía al mandatario han sorprendido a nadie, pero sí “el fondo” de su pensamiento político y “la forma” de su relación con el poder. En uno y otro aspecto, este “joven y poderoso” colaborador del Primer Mandatario, representa una postura muy distinta a los principios y valores sustentados por quienes apoyaron al Presidente en su carrera por el sillón de O´Higgins.

En aspectos de fondo resulta absurdo que, en un gobierno que dice sustentar las ideas de “la sociedad libre”, su “niño maravilla” haya sido parte de la izquierda dura de Giorgio Jackson (NAU) y ahora, instalado en la Moneda, sea: promotor del aborto libre; del Apruebo (en el próximo plebiscito); quien aconseja al presidente a hablar de Dictadura y; quien sostiene que “a nadie le importa Dios”… y cuántas otras cosas de las cuales ni nos enteramos.

De los aspectos de forma ni hablar, para que no nos tilden de estar preocupados de nimiedades; sólo establecer que resulta impresentable (literalmente) que, en las más altas esferas del poder republicano, no se respeten las mínimas normas de protocolo y no se cuiden los ritos y el boato que son consustanciales a la dignidad propia del poder secular… Después de ver ese relajo, nada nos puede sorprender… ni siquiera Florcita Motuda.

Por último, “un balde de agua fría” fue confirmar, en el referido reportaje, que el Presidente y sus Ministros han estado más preocupados de su situación personal (concretamente de las implicancias legales en que podrían verse envueltos -en materias de derechos humanos-, a raíz de los actos de violencia y de terror que azotan al país), que de sus responsabilidades por el uso de las FF.AA para mantener el orden, el estado de derecho y la seguridad de la comunidad nacional.

Analistas e historiadores saben que casos como este han terminado siendo un escándalo en sus tiempos y sociedades, como el caso de Willy Brandt y Günther Guillaume en la RFA en 1974. Pero ¡oh curiosidad!, en nuestro país no pasa de ser “una mera anécdota” que, por lo menos, nos explica el porqué de las situaciones que hemos vivido en el último tiempo.

.