20 febrero, 2024 

 

 

 

 

 

Magdalena Merbilháa


¿Los ministros de la Corte Suprema pueden aprobar ellos mismos, con plata ajena, cambiar sus autos? Legalmente pueden. El punto es si esa ley es justa y evidentemente no lo es. No es justa y es inmoral.


Muchas veces confundimos la ley con la justicia. De hecho hablamos de justicia para referirnos a las reglas y normas que condicionan el actuar de las personas e instituciones. Hablamos de la “Justicia” para referirnos al Poder Judicial. La gran pregunta es si quien está habilitado para impartir justicia está siendo realmente justo.

¿Qué sucede cuando la “Justicia” y la ley es injusta? Esta semana nos sorprendimos con la aprobación por parte de los “Supremos” para darse a ellos mismos, desde la plata del Estado, o sea con la plata de los “contribuyentes”,  Lexus de alta gama “sustentables”. La aprobación del presupuesto para un gasto no menor escandalizó a la opinión pública, por lo que la “Justicia”, debió enmendar su medida, ya que evidentemente carecía de toda justicia en el sentido pleno de la palabra. Sin duda la acción era legal, pero eso no la hacía justa.

La justicia es la virtud de dar a cada uno lo que corresponde, lo que es de propio suyo. Es una de las cuatro virtudes cardinales junto con la Templanza, la Prudencia y la Fortaleza. Dar a cada uno lo que es de propio suyo y debe ser dado mediante una voluntad constante y perpetua. De hecho podemos calificar a una situación como justa, cuando a la persona se le ha dado lo que le es propio a través de una conducta correcta de otros que hicieron posible.

Ya desde Platón los griegos consideraban que todas las virtudes se originaban en la Justicia. Por tanto, si esta falla, falla todo lo demás.  La justicia apunta a la rectitud de la voluntad por su propio bien en nuestras interacciones con los demás. La Justicia se basa en la idea del bien, lo que permite la armonía social, bien común. Como toda virtud, es una hábito operativo bueno. Una cualidad permanente que no se pierde con facilidad. El problema es cuando no es un hábito real del alma de quien la imparte, entonces no hay justicia.

La ley busca ordenar racionalmente la convivencia, pero hay veces, cuando ésta se aleja de la ley natural, pierde su justicia. Es inicua. Teniendo en cuenta lo que la justicia es, debemos hacemos varias preguntas. Por ejemplo, ¿Son justos impuestos? Quitar lo propio para un fin mayor, puede ser parte de la justicia redistributiva que ya reconoce Santo Tomás de Aquino. Para que sea justo debe estar el bien común en mente y aceptar de consenso ese bien. Por lo mismo, y considerando que el Estado no tiene recursos, y por tanto, para poder hacer “justicia redistributiva” debe quitarle lo que es “de propio suyo” a las personas.

Por lo mismo, es que malgastar la plata estatal es doblemente grave. Le quitaste lo propio a alguien, no por el bien común, sino por el propio, lo que hace ese acto injusto. Entonces, el Estado no teniendo dinero ¿puede auto atribuirse partidas de dinero de otros para fines personales? Evidentemente que no. No es justo que lo haga. ¿Puede el Estado asignar presupuestos y no ser eficiente? ¿Puede el sistema perpetuar la ineficiencia obligando a gastar las partidas asignadas anualmente y en caso de gastar menos, castigarlos con partidas menores? Eso es ineficiente y permite actos corruptos con facilidad.

Por lo mismo, ¿los ministros de la Corte Suprema pueden aprobar ellos mismos, con plata ajena, cambiar sus autos? Legalmente pueden. El punto es si esa ley es justa y evidentemente no lo es. No es justa y es inmoral. Frente a la realidad económica de “necesidades infinitas y recursos escasos”, que afecta a todas las personas y también a un país, puede la “sustentabilidad” justificar un gasto arbitrario e innecesario, frente a otros gastos y necesidades urgentes. Por supuesto que no. Priorizar es esencial siempre, hacerlo es de justicia. Lo legal puede permitir injusticias y estas pueden provenir de quienes se suponen o creen ser la justicia encarnada.

Lo cierto es que más allá de los Lexus de los cuales hoy “recularon”, el Poder Judicial deja mucho que desear cuando en el nombre de la justicia, deja de lado la esencia de la misma. Encarnan el poder que aplica la justicia, por lo mismo, cuando son injustos y queda evidencia de eso, debieran ser inhabilitados. La ideología que nubla la mente hace que algunos miembros del Poder Judicial, movidos por la política, estén dispuestos a poner lo personal sobre el bien común y no darle a cada uno lo que es de propio suyo. Es decir aplican la ley y son injustos.

Fuente: https://ellibero.cl/columnas-de-opinion/la-ley-injusta/

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