4 junio, 2024 

 

 

 

 

 

por Mons. Fernando Chomali G.


Se escuchan voces en la sociedad chilena que quieren legalizar el aborto. Abogan para que el aborto libre -eliminar a ser humano antes de que nazca -sea un derecho de la mujer. Para lograr tal objetivo ya apelaron a casos dramáticos que pueden darse en la vida. Por ejemplo, el caso de una joven que fue violentada sexualmente y gesta un hijo del agresor, o bien el caso de una mujer que su salud o incluso su vida corre peligro debido a su situación de gravidez.

Ellos saben muy bien que la disyuntiva madre o hijo es escasa. Pero insisten en ese punto para conmover los sentimientos de las personas y adormecerles la razón. ¿Por qué van a obligar a la madre o al médico a optar por una vida en desmedro de la otra, y de la más débil? Cuando se da esa situación un médico ha de hacer todo lo humanamente posible por salvar ambas vidas. Si una o las dos muere es por causa de la situación médica, pero no por una acción deliberada en contra de un ser humano inocente. Y en el caso del embarazo fruto de una violación, practicar un aborto no tiene justificación alguna. Primero porque a un caso de injusticia, la violación, se le agrega otro, la eliminación deliberada del inocente, del débil. No soluciona nada, al contrario, le agrega otro drama, el del acto abortivo.

Lamentablemente ese proyecto -de las tras causales- prosperó. Sí, lamentablemente. Para lograr sus objetivos apelaron a la emotividad de la gente, pero no dijeron lo que pensaban exactamente -querían aborto libre a todo evento-, y el Presidente Gabriel Boric lo dijo en la Cuenta Pública del 1 de junio del 2024. Al fin comenzó el debate en serio. ¿Qué hay detrás de todo aquello?: que la mujer, en virtud de su autonomía, tiene derecho a decidir si la vida que lleva en su seno siga viviendo o no. Ese es el tema de fondo.

Algunos piensan que la vida de ellos vale más que la de un ser humano en desarrollo olvidando que ellos mismos pasaron por esa etapa en sus vidas. Se les olvida que se les respetó. Esas personas para justificar su postura faltan a la verdad. Dicen, por ejemplo, que el embrión en sus primeros estadios es sólo un conjunto de células. Esa es una lectura pequeña, porque en estricto rigor se podría decir lo mismo de un adulto. Les recomiendo que lean los libros de embriología -en los que estudian todos los alumnos de Medicina del mundo y de cualquier religión- que enseñan que desde el momento de la fecundación se inicia una nueva vida humana. Faltan a la verdad también cuando dicen que es parte del cuerpo de la madre.

En primer lugar, el embrión tiene vida independiente, es diferente al padre y a la madre, es un nuevo ser humano con su genoma propio y ya sexualmente definido como hombre o mujer. El argumento de que el embrión es parte del cuerpo de la madre es falaz. Faltan a la verdad también cuando dicen que legalizando el aborto se van a terminar los abortos clandestinos. Faltan a la verdad cuando dicen que es un ser humano potencial. Es un ser humano con sus potencialidades -que es muy distinto-, porque si no lo ha sido desde el momento de la concepción no lo será nunca.

Hoy, más que nunca, los médicos debiesen ser más claros en su posición en favor de la vida. De no hacerlo terminarán siendo meros ejecutores de lo que la ley plantee, aunque sea inmoral. Se imaginan a los alumnos de Medicina estudiando y practicando cómo realizar abortos, para que sean “seguros”? -seguros para la madre, obvio, pero a costa del feto.

El talante de una sociedad se engrandece cuando siempre opta por la vida, especialmente si indefensa, vulnerable y que depende de otros. Llegó la hora de sincerarnos. Quienes piensan que un delito se soluciona declarándolo legal, ¿por qué no presentan un proyecto de ley que permita el robo en las casas con la intención de disminuir su número o evitar que los ladrones hagan daño a la propiedad? Absurdo.

En relación con el aborto hay preguntas bien de fondo que quisiera plantear ¿Acaso queremos una sociedad que haga caso omiso de que cuando estamos frente a un embrión, por incipiente que éste sea, estamos en presencia de un ser humano, uno de los nuestros? ¿Y que cuando una madre se embaraza no espera sino que un ser humano, es decir a su propio hijo ¿No es esa posición una abdicación a dejar que la razón ilumine los actos y no la pasión o las ideas preconcebidas?

A quienes están a favor del aborto les recomiendo que estudien más biología y filosofía. ¿Acaso queremos una sociedad dónde la violencia sea el modo de resolver los conflictos a los que puede estar sometida una madre? -y que, por cierto, a veces son dramáticos.

¿Acaso la sociedad le puede entregar en propiedad a la madre a un ser humano como si fuese una cosa al punto que puede terminar con ella deliberadamente? Esa atribución no la tiene porque no le pertenece, tan simple como eso. Seamos claros, si no defendemos el más básico de los derechos que es el que se respete la vida desde el momento de la fecundación hasta la muerte natural, no habrá ninguna razón para conculcar otros derechos que se siguen de éste. Aprobar el aborto en Chile será una involución para la sociedad y ello hemos de decirlo con claridad y sin ambigüedades. Estos argumentos de razón quedan muy enriquecidos por la fe que nos plantea que cada ser humano es creado por Dios a su imagen y semejanza y que posee una dignidad tal que merece ser cuidado y respetado siempre y en toda circunstancia.

Por último, es cierto que Chile es un país laico, pero no anti religioso. Quienes argumentan la laicidad del Estado para defender sus posturas ideológicas no lo hicieron cuando la Iglesia defendió los derechos de tantas personas a las que se les conculcaron sus derechos ferozmente. ¿Por qué habrían de recordarlo ahora? Eso no se entiende y sería bueno que lo aclaren.

Fuente: https://ellibero.cl/tribuna/cuidemos-la-vida-del-que-esta-por-nacer/

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