27 de abril de 2020
Tomas Bradanovic
La epidemia de Covid-19 es la primera que ocurre en medio de una sociedad globalmente conectada usando las redes sociales, por eso están apareciendo efectos que nunca se habían visto antes. Quiero en unas pocas entradas, lo más cortas posible, dejar registrados estos efectos, porque entenderlos bien me parece que será de mucha importancia en el futuro.
El primer efecto que se está notando desde el comienzo es el aprovechamiento político, que consiste en tratar de mover de manera masiva a la opinión pública hacia ciertas ideas o intereses. Era cuestión de tiempo que apareciera Eugenio Tironi -el fabricante de mentiras como "Chile, la alegría ya viene"- anunciando entusiasmado "la pandemia nos hizo a todos socialdemócratas". la verdad es que la oportunidad de sacar provecho político ha sido abusada como nunca y está causando un daño social y económico mucho peor del que podría provocar el virus más maligno.
Apenas apareció el asunto, el Gobierno Chino anunció que levantaría un hospital de 1.000 camas en 10 días, causando una avalancha de comentarios de asombro por el maravilloso nivel tecnológico de ese país. Después se supo que se trataba solo de un lugar de confinamiento para aislar a los infectados más graves, pero el objetivo de impactar a la opinión ignorante ya se había logrado.
Pocos días después, el presidente Trump aparecía en sus pintorescas intervenciones de Twitter hablando del "virus chino", y no dejó de referirse por ese nombre al SARS-CoV-2, que es el nombre oficial que le dio el Comité Internacional de Taxonomía de Virus (ICTV) quienes siempre se abstienen de identificar a los virus con lugares justamente para evitar el aprovechamiento político de las epidemias.
Han proliferado campañas, la mayoría anónimas, rumores que propagan que el virus habría sido creado en laboratorio por China y se les habría escapado, o bien que es un plan del Gobierno Chino para adueñarse del sistema financiero del mundo. Un amigo me mostró ayer un largo artículo que aseguraba que la enfermedad no era un virus sino consecuencia de la tecnología 5G (que no está implementada en casi ningún lugar del mundo todavía). En fin, no hay estupidez ni teoría descabellada que no se esté divulgando, cosas que muchos ignorantes creen a pie juntillas.
El público tiene un pensamiento político básico, superficial, y esto va desde los semi analfabetos hasta profesores universitarios, es poquísima la gente con capacidad de cuestionar lo que leen o escuchan. Por eso simplemente eligen a un villano y un salvador -según sean sus preferencias políticas- y se alimentan con la propaganda que calza con sus simpatías. Así algunos caen arrastrados por la idea que Trump es un villano que va a llevar a Estados Unidos a la extinción, otros que es un héroe que va a salvar al país de la epidemia, no se dan cuenta -tontos- como están siendo manipulados por la desinformación con la que los bombardean, no son capaces de darse cuenta.
Viaje al pasado: las esperanzas de la televisión abierta
Pero retrocedamos un poco en el tiempo, a los años 60 cuando recién apareció la televisión. Yo recuerdo que en esos años un canadiense de apellido McLuhan escribió un libro que se llamaba (si mal no recuerdo) "La aldea global" o algo así, donde acuño la frase "el medio es el mensaje", que no se entiende muy bien, como todas esas frases pretenciosas de libros más o menos académicos. Lo que quería decir este señor era que ya no importaban las ideas por su mérito, sino que los medios audio visuales le darían un valor independiente. Se podría hacer popular cualquier estupidez con tal que estuviera bien presentada porque "la imagen crea realidad".
El libro causó un tremendo revuelo y de allí salieron como moscas los Tironi, Cuadra, Correa en Chile y tantos otros por el mundo que ganaron millones vendiendo el cuento que ellos podrían colocar cualquier idea en la opinión pública, porque su especialidad era fabricar realidades. Tan tarde como en los años 90, Tironi seguía ganando millones con su cuento chino de "el relato político".
Recuerdo que en esos años se tenía una fe ilimitada en la televisión abierta como un arma de concientización masiva. Antes que se convirtiera en el circo pobre que es hoy, Mao Tse Tung, dijo que cada familia china debería tener un televisor, aunque no tuviese que comer, porque de esa manera se podría educar al pueblo en los ideales de la revolución, bueno, eso tampoco resultó porque, todavía no se enfriaba el cadáver de Mao cuando los ideales de la revolución empezaron a ser desmantelados, y todos felices.
Los ingenieros sociales de la política actual tienen una fe parecida en Internet y las redes sociales. Creen ingenuamente que manipulando lo que se publica, esparciendo rumores, tergiversando, todo en conjunto con los medios de prensa tradicionales de la televisión, radio y diarios podrán crear realidades y vender ideas descablelladas tal como se vende un detergente o la comida para perros. No es así, nunca lo fue.
El gobierno de Piñera gasta millones en sus empresas favoritas como Cadem o Comscore y "monitorean" las redes sociales con la esperanza de poder crear realidad por medio de avalanchas, twitasos y cosas así, la oposición gasta lo suyo en financiar a los medios tradicionales. Pero hace rato que a imagen no crea realidad.
Con la epidemia, muchos grupos políticos y económicos poderosos creyeron que les había llegado su oportunidad de oro, porque con un trabajo lo suficientemente bueno de aterrorizar a la gente, haciendo aparecer a unos como villanos y a otros como los mesías salvadores. Es lo que están intentando ahora mismo a nivel global, haciendo aparecer un virus similar a la influenza como algo que está exterminando a la raza humana.
Eso es todo, por eso el gobierno de Sebastían Piñera trata de aparecer como el gran salvador y la oposición lo pinta como el que va a diezmar al país con cientos de miles de muertos y caos. La verdad es que desde hace muchos años los servicios de salud pública en Chile están entre los mejores del mundo, y si el gobierno no hubiese hecho absolutamente nada o muy poco, probablemente tendríamos las mismas muertes que tenemos hoy. Todo es un juego de apariencias, el gobierno y la oposición tratan de crear realidad aterrorizando a la gente, pero eso dura muy poco, porque hay más información a la mano que nunca antes y hasta los más brutos se terminan dando cuenta para dónde va la micro.
La mayoría de las discusiones sobre la epidemia son inútiles y tontas, pero sobre todo serán muy costosas para todos nosotros, vamos a pagar las ganas. Y desde los "altos funcionarios" del sistema internacional hasta el concejal más chanta de la municipalidad más piñufla, todos quieren sacar un provecho del asunto, al final creo que el resultado va a ser de suma cero y la mayoría de los que se han sacado el alma tratando de aparecer con "ideas" estúpidas y demagógicas, van a terminar con las manos vacías.
Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/
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