Por Andrés Montero Jaramillo
Agricultor


La semana recién pasada, el presidente de Argentina Alberto Fernández sostuvo un contacto virtual -vía video conferencia- con el ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami, quien es cercano al Jefe de Estado de Argentina. Además, participaron los senadores socialistas José Miguel Insulza, Álvaro Elizalde y Carlos Montes, el PPD Guido Girardi, los DC Francisco Huenchumilla y Yasna Provoste junto al independiente de izquierda Alejandro Guillier. Se sumaron los diputados Maya Fernández (PS), Alexis Sepúlveda (PR), Jaime Mulet (FRVS) y Camila Vallejo (PC), Claudia Mix (Comunes).

También, participaron los ex ministros del Gobierno de Michelle Bachelet Laura Albornoz, Claudia Pascual, José Antonio Gómez, Natalia Riffo y los dirigentes Camilo Lagos (PRO), Catalina Valenzuela (PH). Todos estos políticos chilenos son seguidores y admiradores del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla. El presidente argentino recalcó el llamado a zanjar las diferencias para "recuperar el poder". Cuando Argentina está atravesando una da las peores crisis de su historia, está “quebrada” y es gobernada por un grupo de corruptos, entre los cuales está la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, procesada por innumerables causas judiciales, de las que ha logrado zafar por su condición de parlamentaria, primero y de vice presidenta ahora.

Alberto Fernández, busca relacionarse con la izquierda dura chilena, así como lo ha hecho con Maduro, con Correa, con Dilma y Lula y con Evo Morales, todos perseguidos y condenados por la justicia en sus respectivos países. Fernández en estos días, intenta que los acreedores internacionales le condonen la deuda una vez más a Argentina, o sea no quieren pagar sus compromisos. Alberto Fernández está implementando políticas económicas que no han dado resultados positivos en ningún país. El dólar blue o negro o paralelo ya superó los 120 pesos y francamente no se perciben mejorías en dicho país.

Hasta el momento nuestro presidente y nuestra cancillería se han mostrado indiferentes antes los comentarios y la falta de respeto con Chile de parte del presidente de Argentina. Llegará un momento, esperemos, en que las provocaciones habrá que responderlas con la prudencia, pero con la firmeza necesarias. En el intertanto, los chilenos bien nacidos, debemos retener en nuestras memorias la lista de malos chilenos, que le dan la espalda a sus gobernantes, frente a temas de alta relevancia.

Una cosa es discrepar del gobierno internamente y otra muy distinta e inaceptable es coludirse con un mandatario agresor a nuestra soberanía democrática. Es lamentable que el legado peronista, siga dañando tan profundamente el tejido social argentino, como para haber llegado al extremo de elegir en las urnas a una dupla para gobernar, en la que se incluye a Cristina Fernández, símbolo de la corrupción y las malas prácticas en la región trasandina.

Debemos recordar que Argentina fue uno de los 8 países más ricos del mundo, con recursos naturales inmensos y territorios favorables para la agricultura y la ganadería. Lamentablemente, sus malos manejos y un Estado sobredimensionado, mas una cultura del trabajo mal entendida, tienen a un lindo país camino al descalabro. El presidente Macri lo intentó sinceramente, pero se equivocó al pensar que en un período breve podría revertir una tendencia de 60 años de demagogia y corrupción. El peronismo chanta ganó en las urnas y ahora el pueblo argentino se está cocinando en su propio caldo. Saquemos lecciones en Chile, para que aquellos “amigos y seguidores” chilenos de Alberto Fernández nunca más vuelvan a gobernar en nuestro país.

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