19 de abril de 2020

BLOG-DE-MAXIMO



Los empleados públicos no quieren regresar al trabajo. Más bien son los burócratas, ya que el personal médico y carabineros, por ejemplo, están trabajando, y también son empleados públicos. El personal de retiro de basura también trabaja. Quienes no pretenden trabajar son los burócratas, los mueve papeles, los timbra papeles. Los que molestan más que ayudan. Los que pasan en el baño, tomando café y dejan su cartera o su chaqueta en el respaldo de la silla mientras otro empleado público que iba pasando por ahí los busca, a petición de un “contribuyente” apurado que debe volver a su trabajo después de “solucionar” el problema que lo aqueja.

Esta gente debe volver a su trabajo ahora mismo. Con las medidas de seguridad respectivas, y tal vez no todos, ya que algunos podrían continuar trabajando y tomando café desde su domicilio. Hagan cuenta que es un trabajo en serio. Hagan cuenta por un momento que deben comportarse como un empleado de una empresa privada que hoy está cobrando solo una fracción de sueldo del seguro de desempleo, y puede ser despedido si su empleador quiebra. Esta gente nos cuesta dinero, no los pueden despedir, cobran un 20% más que un trabajador de la empresa privada que además paga su sueldo con sus impuestos, y además no aportan más que puros problemas ¿Puede funcionar el país sin ellos? Pues que buena noticia. Entonces despídanlos porque no hacen falta.

¿No son capaces de respetar medidas sanitarias mínimas? Entonces no nos sirven, despídanlos ¿No atenderán público? Entonces despídanlos ¿No contestan ni siquiera el teléfono? ¿Tampoco un correo? Vamos a ver, una cosa en no asistir a su oficina, y otra es dejar botado el trabajo. Si no son necesarios deben despedirlos, que el dinero no nos sobra.

Les cuento mi caso. En febrero solicité un documento en la Municipalidad de Santiago, que debo presentar en otra municipalidad de un pueblo pequeño. Llamé hace un par de semanas. El documento está listo, y no lo puedo retirar porque la municipalidad está cerrada y aunque atiendan no voy a meterme en una fila con presuntos enfermos. En la solicitud me pidieron el correo. Le pedí a la mujer que me atendió que enviaran el certificado al correo que ellos mismos me pidieron, y me respondió que no es posible lo que le pedí, debo ir a buscar el documento a una municipalidad que está cerrada y a la cual no pretenden volver a trabajar.  

Llamé a la municipalidad del pueblo pequeño. Me contestaron. Les dije que no puedo ir por las razones que todos conocemos, está prohibido por la autoridad y un piño de lugareños espera a los “afuerinos” con palos y piedras ¿Puedo enviar los documentos al correo que aparece en el formulario que ustedes mismos me entregaron, con los documentos que ustedes me pidieron, salvo el que me falta, a nombre de la persona que me atendió y que los solicitó? No señor, me respondieron, el trámite es presencial.

Ya lo saben, en el año del señor de 2020, las municipalidades no envían ni reciben documentos por correo. Seguramente será para evitar el despido de quien recibe los papeles y de quien los entrega, los que por supuesto hoy están en su casa, o en un lugar al que está prohibido ir.

Hoy en día, podemos pedir un paquete de tallarines por internet al Jumbo, y lo traen a la casa, pero no es posible que un funcionario público haga un “click” en su computador. Maz estao, maz estao, pedía el hijo tonto…

Fuente: https://blog-de-maximo.blogspot.com/

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