31 de marzo de 2020
Tomas Bradanovic
Entonces yo pienso que esta decisión de declarar una cuarentena total, en la mayor parte de las democracias occidentales, no es mas que la culminación de décadas en las cuales la prosperidad material nos permitió sobrevivir a pésimas elecciones, casi siempre basadas en torno a argumentos emocionales e histéricos. Pero se estiró demasiado la cuerda, hasta que se cortó y se eligió dinamitar las mismas bases materiales que permitían la existencia de estos "movimientos neuróticos". En el futuro este momento será recordado como "el fin del progresismo" y toda la emocionalidad absurda en las decisiones colectivas. Sería casi gracioso ver como el progresismo se suicida, si no fuera por las horribles consecuencias económicas que enfrentaremos en los próximos años.
Espero que como sociedad aprendamos la lección, de que no debemos dejarnos arrastrar por nuestras emociones y quien se victimiza gritando mas fuerte no tiene necesariamente la razón.
Me llamó mucho la atención este comentario de Carlos C, regular de este Templo del Ocio a mi entrada anterior, creo que vale la pena leerlo con cuidado porque dice cosas importantes de las que casi no se ha hablado.
Desde hace tiempo que los medios de prensa vienen repitiendo con furia una campaña que ignora sistemáticamente la racionalidad, niega los hechos y los reemplaza por lo que Carlos llama, muy apropiadamente "argumentos emocionales e histéricos", yo a veces lo he llamado "poesía" que es más o menos lo mismo, la poesía moviliza las emociones y lleva a las personas a actuar estúpida e irracionalmente como los locos, los niños o los borrachos.
Tal vez eso explica el auge de la "niñocracia" de adolescentes y hasta pre-puberes dictando cátedra acerca de todo. Los políticos del Frente Amplio por ejemplo son una muestra de esta niñocracia, donde algunos mocosos que jamás han trabajado saltaron desde la sala de clases hasta la sala del congreso. Otros, mucho más patéticos son los ancianos pero con la edad mental de un niño: Florcita Motuda, Pamela Jiles que con suerte tienen mentalmente 12 o 13 años.
Durante el llamado "estallido social" niñitos de escuelas y liceos dando la solución -con una seguridad envidiable- a los más complejos problemas del país: la macroeconomía, los sistemas de pensiones, la educación, la salud, la pobreza y repitiendo como cotorras consignas feministas, ambientalistas o insultos contra la policía. Los niños mandan, no se necesita inteligencia, conocimientos, cultura, nada. Solo poesía, con eso basta.
Y esto es a nivel mundial, recuerden el protagonismo y la cobertura de medios que alcanzó esa niña sueca medio autista, que daba furiosos discursos sobre como arreglar los problemas más graves del planeta ¡llegó hasta las Naciones Unidas! No necesitaba conocimientos, experiencia, profesión, nada, con sus "argumentos emocionales e histéricos" basta y sobra. Y es tan grande la presión y el apoyo desde el progresismo, que a cualquiera que ose cuestionar estas situaciones absurdas le cae encima la maquinaria política, de los medios y del mismísimo sistema internacional.
Tal vez esté pasando lo mismo con la cobertura de catastrofismo que le están dando a la epidemia en los medios. El miedo mantiene a la gente pegada todo el día a los medios desinformándose también de manera sistemática, quien pone en duda lo que dictan es herético. Existe una especie de batalla comunicacional destinada a inyectar pánico en la gente.
El tratamiento catastrofista que se le ha dado al Covid-19, explota terrores atávicos de los seres humanos, irracionales. Con muy pocas excepciones, a la gente le aterroriza la idea de una pandemia y está dispuesta a cualquier cosa que crea que los podría liberar de contagiarse, el miedo es una herramienta de control mental potente. El contagio viral es parte de miedos ancestrales, como el miedo a las arañas, a la oscuridad y a las serpientes, terrores que comparte la mayoría de la gente, muy pocos se libran de eso.
Pensando en lo que comenta Carlos, creo que desde hace muchos años existe una especie de asociación transversal entre los medios de prensa y los políticos para colocar ideas hegemónicas en las personas, ideas que nadie puede poner en duda a riesgo de ser tachado como terraplanista, negacionista de la realidad evidente. Pero resulta que la realidad evidente se construye en base a poesía y casi siempre responde a intereses económicos y políticos muy específicos. El "calentamiento global" ha servido para vender millones de paneles solares y justificar proyectos -basados en poesía- espantosamente ineficientes y ruinosos.
No es algo nuevo, antes estuvo la lluvia ácida, el agujero en la capa de ozono, el agotamiento del agua dulce, el agotamiento del petróleo y uno de los catastrofistas más antiguos, Thomas Malthus, mantuvo a la gente angustiada por dos siglos con su majadería que la sobre población iba a hacer desaparecer el alimento en el mundo.
Creo que desde el auge de la social democracia y su hijo bastardo, el progresismo, hemos estado sometidos a una guerra de los políticos y los medios destinada a tomar el control de nuestros pensamientos y dominarnos por el miedo. Pero -como comenta Carlos- parece que se les pasó la mano. No se puede manipular indefinidamente a todo el mundo, porque las mentiras tienen consecuencias, en este caso económicas. La manipulación, la poesía y las mentiras histéricas, la niñocracia, nos están llevando a la ruina y una vuelta a la pobreza de hace muchos años atrás. Y el péndulo siempre tiende a volver a su centro de masa que es el sentido común.
Fuente: https://bradanovic.blogspot.com/