Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Dada todas las consideraciones ya dichas en torno a la reforma previsional y otros tantos delitos y crímenes cometidos por la autoridad política, que a diario se conocen, hay que nuevamente recurrir a la historia, expresada en la literatura, la música, la filosofía, para encontrar explicaciones que puedan servir para aprender más del indeseable comportamiento humano y particularmente de los políticos.

Mucho se ha escrito sobre héroes y traidores, sobre villanos y santos o simplemente sobre  buenos y malos. La gran disyuntiva que el pensamiento de occidente y otras culturas han expresado sobre la búsqueda del bien y la derrota del mal.

Ha sido a lo largo de la historia que pensadores, escritores, dramaturgos o filósofos han abordado esta temática  tan despreciable de la conducta  del ser humano.

Las actuaciones de viles y villanas, de tantos traidores como pueda señalarse, quedaron condenados para siempre con la famosa frase atribuida al Senado Romano después de la muerte por traición de Viriato, héroe lusitano contra Roma,  en la conquista de la península ibérica y que es título de esta columna “Roma no paga traidores”

Borges escribió una historia de la infamia  que bien podría ser universal utilizándose claves similares, una historia particular, general o universal sobre la traición y que en cualquier tiempo o circunstancia el concepto no cambia de acepción. Siempre por ambición, odio o envidia habrá un hombre dispuesto a venderse por 30 monedas de plata, no solo involucrando su vida personal al martirio de su conciencia, sino que las consecuencias de su acción traerá consigo muerte, destrucción y miseria.

La Malinche es considerada en México como traidora por su colaboración con los conquistadores españoles y responsable de la caída del imperio Azteca. Este nombre ha dado origen al malinchismo usado para personas que tienen apego a lo extranjero despreciando lo propio. ¿Cuantos malinchistas Ud. conoce? le recuerdo algunos premiados por los organismos internacionales como el foro de Davos entre otros, por abrazar las teorías del progresismo y destruir las soberanías e identidades de los pueblos: Schalper, Jackson, J Valdés, Bachelet y otros que sería largo enumerar.

Pero para que no quede duda  alguna, hablaremos de un personaje mítico y bíblico que es necesario incluir, pues Caín es el traidor, pecador y fratricida por excelencia del  mito fundacional del cristianismo y por tanto de la cultura occidental que, nos guste o no, configura nuestro mundo actual.

Antes  del advenimiento del cristianismo también se registra históricamente el asesinato de Julio César, en marzo del año 44 a.C y que fue ejecutado en la curia del Teatro de Pompeyo por Marco Junio Bruto y que ha pasado a la historia como uno de los protagonistas más famosos del complot organizado para acabar con César. Junto a Brutus, más de 60  senadores fueron cómplices del asesinato. Hay también una leyenda en relación a este luctuoso suceso. Al morir acuchillado, César le exclama a su amigo y ejecutor “Et, tu Brute?. (Tú también Brutus) La verdad no está claro si dicha frase existió en ese momento pero sí está expresada en una oración  en la obra Julio César de William Shakespeare.

En todo caso lo vivido por el pueblo de Chile recientemente habría hecho expresar a Cicerón “O tempora, o mores” (que tiempos que costumbres) Esto está en la primera Catilinaria de Cicerón, en su discurso contra Catilina que había conspirado para asesinarlo y donde deplora la perfidia y corrupción política de su época, expresión que hasta el día de hoy se usa.

Por tanto el fenómeno de la traición ha acompañado al hombre desde sus orígenes y la han usado como herramienta política todos los inescrupulosos que por poder o ambición de riqueza o simplemente por envidia  no han trepidado en traicionar. La historia también nos enseña que hay momentos en que el pueblo, cansado de los procedimientos políticos más cercanos a la traición que al bien común, desobedecen sus órdenes y de aquí también se extrae una frase dicha por Julio César en plena República Romana: “Alea jacta est”(los dados están echados) y se  ficha en el momento de cruzar el río Rubicón con sus tropas y marchar hacia Roma desobedeciendo las órdenes de Senado.

Aquí hay otra coincidencia histórica curiosa, el condotiero que sirvió de  modelo para El Príncipe de Maquiavelo era el hijo del Papa Alejandro VI, quien tenía grabada en su espada, más de cinco siglos después del cruce del Rubicón, “Aut Caesar sur nihil” “O César o Nada” Frase que se supone exclamaron al unísono los hombres de Julio César cuando precisamente decidieron desoír al Senado y seguir a su caudillo en el cruce del Rubicón.

No sería hora que ante tanta traición el pueblo se alzara en desobediencia civil y no esperase ejercer una nueva elección para seguir jugando en un falsa democracia donde ya el estado de derecho no existe. Tiene seguridad que una elección será respetada por los traidores que se apoderaron del poder. Sólo el pueblo puede asegurar que nuestra libertad y derechos no sean asesinados, como lo describe la historia y creo que ya encontramos al líder que pueda decir con propiedad

“Aut Caesar sur nihil”ya que Chile traditoribus not praemiat !!!

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