Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Había tomado la decisión de no escribir debido a que el esfuerzo realizado para hacer comprender que los problemas de la contingencia no son derivados de elementos coyunturales del momento, sino una articulación ideológica perfectamente planificada para cambiar el orden social y con ello el estado de derecho.

Nada de lo anterior ha sido comprendido por las grandes masas de personas que dicen identificarse con el pensamiento de derecha, el que sólo tiene valor para ellos desde la perspectiva económica. Si funciona la economía todos los problemas de la humanidad y en particular los de Chile de solucionan automáticamente.

No han comprendido que la lucha de clase ha cambiado de nomenclatura, ya no se lucha en contra del capitalismo propiamente tal ya que la clase obrera, antes escudo del comunismo a través del materialismo dialéctico, hoy se aburguesó derivado de la movilidad social que creó el libre mercado. Entonces Marx y sus teorías fueron asumidas por Gramsci y con el consiguiente planteamiento cultural de la superestructura. Así entonces, la nueva izquierda se dio a la tarea de conquistar los centros intelectuales, universidades, medios de comunicación, escuelas, instituciones del Estado, Fuerzas Armadas y todos aquellos vehículos que permitan conquistar el poder y crear la superestructura del partido único.

Lo lamentable es que la derecha llamada con toda propiedad cobarde y pusilánime, ha asumido como propias las banderas del nuevo lenguaje asumiendo que dichas expresiones son síntomas de modernidad y progresismo.

Es esta la razón de mi profunda crítica. La ignorancia de la derecha aquí y en el mundo ha permitido el avance de todo el esquema de izquierda, incluso ultra izquierda, disfrazado de un progresismo intelectual motivado por las lecturas de los ideólogos que dieron origen a estas teorías contrarias a la naturaleza del Ser, ajenas a la fe y rupturistas con las tradiciones y la cultura de occidente. Ahí  tienen a Sartre quien consideraba que “el ser humano está condenado a ser libre”, es decir arrojado a la acción y responsable plenamente de su vida sin excusas, no aceptando determinismos con su famosa teoría “pienso luego soy“, por tanto niega la existencia del Ser y su trascendencia, indicando que es una invención humana. Vale decir conciencia de una libertad absoluta. El hombre y sólo sus actos hacen su vida. Pero me quiero detener en una sola idea de Sartre lo que piensa de Dios es un imposible, una contradicción, pues tendría que ser al mismo tiempo un ser en -sí, pleno, sólido, necesario y un ser para-sí, vacío, confuso, es decir NADA. Es lo que conocemos como existencialismo

Otro individuo que hizo una contribución nefasta a la filosofía fue Lacan quien propuso la teoría de que no es el subconsciente quien determina el lenguaje, sino al contrario. Sosteniendo además que Dios no sabe que está muerto, para sostener su teoría del Psicoanálisis

A ellos se suma Delueze y Guatari quienes plantean que la filosofía es “el arte de formar, inventar, fabricar conceptos “

He nombrado sólo algunos de los filósofos posmodernistas que han hecho pasto de cultivo en la nueva izquierda con sus teorías mamarrachas y nefastas y que hoy son el carnet de presentación de todos los proyectos que presenta el gobierno y sus parlamentarios del frente amplio, o como quieran llamarse, para mí un nueva forma de materialismo dialéctico.

Por eso, si la derecha no rompe con su marasmo intelectual y al menos lee no se quejen que el rótulo que la historia reserve para ellos sea “Intrínsecamente ignorantes y doblemente estúpidos”.

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