Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional
La ambición es el último refugio de todo fracaso"
Oscar Wilde
Hace algunos meses publiqué un artículo que hoy he rescatado y actualizado, dado que por su vigencia resulta brutalmente importante.
Si nos remontamos a nuestra historia política y hurgamos en sus diferentes expresiones, planteamientos e idearios sociales y económicos nos encontramos con un surtido de posibilidades muy similar a un menú de restaurante, con cierta clase y categoría culinaria. Los contubernios, chanchullos y disputas internas no han variado. Las ambiciones desmedidas por controlar el poder tampoco son distintas. La política y sus actores han buscado siempre, de eso se trata, ofrecer un menú variado de platos, unos más sofisticados que otros y otros simplemente incomibles.
¿Pero saben cuál es la diferencia? en la estructura partidista antigua había cocineros de cierta categoría intelectual que brillaban por su oratoria, por el entusiasmo y la mística con la que defendían sus ideales y principios. Pero había una característica aún mucho más relevante, eran caballeros de la política, que con ingenio, con rapidez en la respuesta, con elegancia en su presentación discutían con dureza sus ideas, sobresaliendo la elegancia del estilo. Como no recordar al senador Julio Durán con su oratoria y agudo ingenio, a Francisco Bulnes, Sergio Diez, Pedro Ibáñez o a Sergio Onofre Jarpa levantando las banderas de nuestra identidad nacional. A Frei Montalva, Raúl Ampuero, Juan de Dios Carmona, Raúl Juliet, al Senador Morales Adriasola o a Venancio Coñuepan, Prieto Concha, Jorge Alessandri o a Patricio Phillips. Incluso Allende y Neruda. Éstos y muchos otros cuyas personalidades destacaban por su nivel cultural, su agudeza política y su señorío para prestigiar el parlamento y la Republica.
Tiempos aquellos, que con el pasar de los años fueron enrareciéndose en la medida que fueron incapaces de controlar a través de la acción política a sus bases y de afirmarlas con sólidas concepciones filosóficas, abriendo paso, sobre todo en la izquierda democrática, a corrientes de pensamiento postmoderno que socavaron internamente el régimen de cada partido político, provocándole profundas grietas que terminaron en grandes escisiones. Comenzó así un proceso de subversión y terrorismo que hoy como ayer, se enseñorea de la región del Biobío y la Araucanía por el sur y por el norte la violenta inmigración ilegal que prácticamente tiene tomadas y vandalizadas Iquique y Antofagasta.
Sin duda que en esta tarea cumple un rol estelar el partido comunista que infiltró la democracia cristiana, el partido socialista y el partido radical comenzando la desintegración de los grandes bloques que disputan el poder y generando nuevas estructuras de fachada como todos los grupos que hoy tienen representación en la Convención Constituyente. Además hay que tener en cuenta que los comunistas ya controlan sindicatos, universidades y la gran mayoría de las estructuras intermedias y, sin duda, la Iglesia Católica así como también los medios de comunicación. El único representante demócrata Cristiano en la convención así lo ha sostenido en un programa de televisión “No seré cómplice del totalitarismo que a 8 años se impondrá en Chile“… fue su sentencia.
Esta reseña histórica es presente y actual. Esto ocurrió hace 50 años en nuestro país y hoy se devela como un fuego ardiente nuevamente en nuestra sociedad, creándose un caos político social y económico que desemboca y tiene su voz cantante en la Convención Constituyente que envuelve su accionar en acuerdos y planteamientos ajenos a nuestra Alma nacional, provocando una grieta valórica en las más sólidas creencias que han hecho fuerte a la Nación, intentando destruir la República.
En el pasado la sociedad civil organizó las grandes mayorías nacionales, y exigió un cambio radical duro pero necesario y el país fue puesto nuevamente sobre rieles. Fue así como recuperó el estado de derecho, el orden, la autoridad y con ello el desarrollo sostenido del crecimiento.
Hoy la historia se repite bajo una opción distinta, real y sólida: nos han dado la opción de elegir el camino mediante un plebiscito llamado de salida, aquí está el arma para derrotar la ineptitud y la maldad. Aquí está el arma para derrotar el mentir intelectual de la tragedia que se cierne sobre Chile. Aquí está el arma para desterrar de los claustros universitarios al precursor diabólico del mal. Aquí está el arma para desenmascarar a Atria y su séquito de descerebrados constituyentes.
La gran diferencia con el pasado estriba en que otrora muchos políticos de gran nivel se pusieron a las órdenes de la reconstrucción nacional. No existían los Bellolio o las Hoffmann, los Lavín o las Matthei, los Monckeberg o las Núñez, toda una derecha cómplice del posmodernismo que tomó las banderas de la izquierda para sostener unas gotas de poder. Belollio es sin duda el peor de todos y a ellos, a ninguno, por el amor de Dios, hay que permitirles que tomen las banderas del rechazo: son tóxicos para el éxito que necesitamos.
Hoy día, terminando casi un quinto del siglo 21 la historia vuelve a repetirse, donde la calidad de los actores políticos está cruzada, todos por igual, por un común denominador: la ignorancia. A ello le sumamos la nula calidad humana, el resentimiento, el odio y la revancha como herramientas políticas. El chaqueteo, las nominaciones a dedo, la falta de meritocracia para escalar en la acción política y el desprecio por el conocimiento y la experiencia. La prudencia y sensatez son bienes escasos en nuestro zoológico político. Para qué hablar de principios e ideas que distingan el pensamiento crítico de un político. Simplemente no existen o son parte de un menú que se acomoda de acuerdo a la conveniencia, ya no del cocinero o la línea del restaurante, sino del garzón, quien con tal de agradar al cliente le ofrece lo que se le ocurre, incluso los platitos de la competencia, dejando al Chef simplemente al servicio de las exigencias gastronómicas de los empleados, con lo cual el restorán pierde su identidad. Como ejemplo de los últimos días, lea el twitter de la Sra. Eyzaguirre aplaudiendo a la ministra del medio ambiente Maisa Rojas “gran día para la conservación de la biodiversidad” todos eslóganes de la nueva puesta en escena del globalismo mundial. Bueno ella es liberal y ahí cabe de todo.
He hablado de la política haciendo un símil con un restaurante. Pero falta hablar ya no de un restaurante, sería demasiada categoría para referirse a la cocinería ubicada en Moneda con Teatinos. Ahí ya dieron muestras de la sofisticación culinaria sin una mise en place acorde con la naturaleza del evento, en la cena de la transmisión del mando y, lo que es peor, no reparando que incluso para cocinar se requieren mínimos criterios estéticos para que los platos y en este caso el mote con huesillo sea atractivo.
No desespere falta poco para propinarles una gran derrota y terminar con esta pesadilla de descerebrados e inacabados seres que creen que podrán convertir a Chile en una nación desmembrada y, para colmo, totalitaria.
¡Ni Perdón ni Olvido!!!
"Todas las ambiciones son legítimas excepto las que se construyen sobre la miseria y credulidad de la humanidad"
Joseph Conrad
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