Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


“La voluntad es la potencia natural capaz de operar según la naturaleza racional, o sea libremente.”
Santo Tomás de Aquino en: Comentario a las Sentencias


Leí hace un tiempo un artículo de del médico español Enrique Rojas quien  es catedrático de Psiquiatría en Universidad Extremadura y con varios libros referidos a diversos temas de su disciplina, tales como El hombre Light, El amor inteligente, La conquista de la voluntad, entre otros.

Voy a centrar mi atención en el libro La conquista de la voluntad. Dice el autor “La voluntad es la piedra angular del éxito en la vida y uno de los más excelentes rasgos de la personalidad: hace al hombre valioso y le permite lograr sus objetivos. Pero la voluntad necesita ser educada, no se alcanza porque sí, sino tras luchar por cosas pequeñas una y otra vez”

En este contexto sin duda el concepto voluntad implica un análisis que apunta a varias aristas para determinar la capacidad humana de decidir con libertad, lo que desea o no.

El autor indica: “la voluntad es la joya de la corona de la conducta. El que tiene educada la voluntad verá que sus sueños se irán convirtiendo en realidad.” y prosigue formando  la dupla conceptual que afirma la personalidad.

La voluntad y la inteligencia forman un dúo decisivo en la geografía de la persona. A ellas se une otra pieza decisiva de nuestra psicología: la afectividad.

Con voluntad, inteligencia y afectividad se constituye un tríptico esencial que nos dirige hacia lo mejor.

¿Qué es la voluntad, en qué consiste, cuáles son los principales ingredientes que se hospedan en su interior? La voluntad es la capacidad para ponerse uno objetivos concretos y luchar hasta irlos alcanzando. Está claro que no es algo genético, sino adquirido.

La psicología conductista la define así: capacidad para aplazar la recompensa. Es decir, para ir trabajando y fortaleciendo la voluntad es muy importante no buscar resultados inmediatos sino mediatos, sacrificar lo cercano por lo lejano. En esa travesía se encierra un principio que me parece muy importante: saber esperar y saber continuar.

Etimológicamente la palabra voluntad procede del latín voluntas, -tatis, que significa querer. Hay una distinción muy interesante si nos vamos a los matices. Desear es pretender algo de forma pasajera, momentánea, esporádica, sin continuidad, es algo que asoma en el escenario de los intereses y luego se difumina. Por el contrario, querer es determinación, propósito firme, decisión sólida, es haber tomado la resolución de conseguir algo y entregarse a esa tarea. El inmaduro va detrás de los deseos según van apareciendo y luego los va desechando. El que tiene madurez quiere algo con fundamento y precisión, lo califica, lo precisa, delimita su campo y se lanza con todas sus fuerzas en esa dirección evitando la dispersión, poniendo a la voluntad por delante para que tire en ese sentido. El deseo es más emocional, el querer pertenece al patrimonio de la voluntad. Dicho de forma más rotunda: voluntad es determinación.

Toda educación empieza y termina por la voluntad.

La voluntad es firmeza en los propósitos, solidez en los planes a llevar hacia delante, ánimo ante las dificultades. Todo lo grande es hijo del esfuerzo y la renuncia. Quien tiene educada la voluntad es más libre y puede llevar su vida hacia donde quiera. Cuando la voluntad se ha ido formando a base de ejercicios continuos está siempre dispuesta a vencerse, a ceder, a dominarse, a buscar lo mejor. No eres más libre cuando haces lo que te apetece, sino cuando eliges aquello que te hace más persona. Aspirar a lo mejor y tener visión de futuro.”

He citado largamente al autor ya que me parece indispensable para comprender la importancia de tomar conciencia sobre esta condición que todos parecieran entender pero no muchos aplicar y defender.

Hemos sido víctimas en estos últimos 20 meses al mayor ataque a nuestra voluntad con el pretexto de una política sanitaria derivada de un virus hasta la fecha incierto. Todas nuestras libertades fueron conculcadas y nuestra voluntad aplastada y sin mayor explicación nos mueven de una “fase” a otra para crear la sensación de una falsa normalidad y así no emplear el término “nueva normalidad”

En las grandes ciudades de Francia e Italia en los últimos días centenares de miles de personas salieron a la calle a gritar por la libertad, conscientes de que su voluntad de ser libres está amenazada.

Pero eso no es todo, bajo el imperio de la dictadura de los partidos políticos imperante en Chile se han puesto de acuerdo para ir impulsando otros mecanismos para controlar la voluntad ciudadana. Es así como calladamente y sin mayor estridencia se avanza en la implementación del voto electrónico para participar en las elecciones populares en las cuales basadas en la voluntad popular elegimos nuestros representante.

La evidencia es abrumadora en contra de un sistema de esta naturaleza. Fue implementado por Chávez en Venezuela y nunca más dejaron el poder, transformándose en una de las dictaduras más duras de los últimos tiempos.

En las últimas elecciones presidenciales de los Estados Unidos está demostrado el fraude cometido mediante el uso del sistema electrónico y comprobado como los algoritmos trabajaron con los porcentajes decimales para adulterar la voluntad ciudadana.

Aquí circula un documento elaborado por un director del Servel que explica el sistema electrónico que se desea implementar haciéndolo una vez más cómo ha ocurrido en la últimos 30 años desde una mirada economicista Costo /beneficio, sin importar el ejercicio pleno de la voluntad ciudadana, transformándolo en un engranaje de una máquina. Es decir el manejo de la voluntad al servicio del costo y con ello la perpetuación de un sistema que no sólo le quita la mística al deber y calidad democrática del sistema, sino que queda sujeto al manejo electrónico que como se ha demostrado puede cambiar radicalmente y en algunos casos como en USA vergonzosamente las cifras.

Como dato adicional, en plena investigación milagrosamente se queman las bodegas donde estaban almacenada las máquinas electrónicas base de la investigación en Venezuela porque no querían que las analizaran.

Smartmatic es la empresa que los estaba presionando para ser los beneficiados con la compra del sistema y los tenía agarrados por las prueba del fraude, o les compraban a ellos o los denunciaban.

¿Quien asegura que esto no ocurrirá en Chile? si aquí por norma: “Hecha la ley hecha la trampa”.

Otra locura de quienes gobiernan un país con mentalidad de empresa, arrasando con la libertad y pisoteando la voluntad.

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