Osvaldo Rivera Riffo


Exigir es fácil;
Señalar es fácil;
Delegar es fácil;
Condenar es fácil;
Ordenar es fácil;
Quejarse es fácil;
Dar el ejemplo es lo difícil.


He visto y escuchado la intervención de Santiago Abascal en las Cortes Españolas en días pasados fustigando duramente tanto al presidente del gobierno, Pedro Sánchez como a su vice presidente el comunista de Podemos Pablo Iglesias.

Sin duda escuchar a Abascal es no solo refrescante sino esperanzador ya que demuestra un liderazgo pocas veces visto. Sin tapujos, sin complejos plantea sus ideas por sobre el qué dirán. Con dureza y usando el lenguaje políticamente incorrecto emplaza a los políticos y les representa sus responsabilidades en el control esta pandemia, como del ejercicio de la administración del estado.

Abascal sin duda ha abierto para España una esperanza y no hay duda que el pueblo español cansado de la demagogia, cansado de gobiernos sectarios y pusilánimes. Cansados de no respetar principios y valores, cansado de transar con los peores para intentar legitimarse dará prontamente un giro y sabrán valorar y elegir al mejor dentro de los mejores Un conductor de sólidos principios e ideas, un amante de la historia y tradiciones, un creyente que invoca a Dios con respeto. Un hombre que considera la Patria, la libertad y la dignidad de todos como banderas intransables en sus planteamientos políticos. Un hombre de bien y padre de familia bien constituida, sin más intereses que el bienestar de su pueblo y la grandeza de España. Con prestancia, con don de mando, con sabiduría, con entereza moral y con un lenguaje que arrastra multitudes, avanza Abascal por la senda de un gran liderazgo

Que falta le hace a Chile un Santiago Abascal.

Este país que en el pasado dio políticos respetables con una oratoria increíble, con conocimientos sólidos de nuestra idiosincrasia, con cercanía natural a su pueblo y por qué no decirlo, baluartes de señorío, a quienes sin duda, de verdad, merecían el trato de Honorables. Hubo varios que tuvieron un comportamiento ajeno a sus funciones legislativas, pero en general se veía amistad cívica.

Sin duda luego de 1964 en adelante todo cambió: llegaron la nueva ola de políticos que desplazaron la sabiduría, la retórica y la amistad cívica por la soberbia, prepotencia, sectarismo, el atropello, el insulto y la descalificación.

Toda esta decadencia tuvo su momento estelar durante los comienzos de los 70, cuando un sector creyó que el parlamento simplemente era un resumidero de eslóganes políticos y una sala donde todo lo que se podía tratar o decir pasaba por la calificación de quienes se creían con la autoridad y potestad moral de representar al pueblo y así construyeron un clima de odio y rencor que se proyectó en el tiempo otorgándole un descrédito permanente a la función parlamentaria.

Nada de lo que escribo en estas líneas se dejó de hacer o decir, existiendo un sector, por cierto de izquierda, cuyo denominador político era la ignorancia, pero amparados en su eslogan popular de representantes de la clase obrera se sentían empoderados para insultar, denigrar y avasallar al adversario sin tregua. Ello acompañado por medios de comunicación y periodistas comprometidos ideológicamente, que en los profusos medios de izquierda como El Siglo, El Clarín y Última Hora, llenaban sus titulares y páginas con la tinta más negra de odio y resentimiento.

La descomposición y la ruptura de la convivencia cívica provocaron una lucha fratricida en Chile y necesariamente tuvo que devenir el orden y La Paz social de la mano de las FF.AA. y de Orden.

El Gobierno Militar restauró no solo el orden, sino que sacó del abismo al país en lo económico y social fortaleciendo la libertad individual, el derecho de propiedad y por sobre todo la libre iniciativa privada para el desarrollo económico del país, creando un marco jurídico ejemplar para el mundo: la Constitución del 80

Como era de esperar, surgieron opositores al régimen militar que con las mismas monsergas de antaño intentaban reimplantar el estilo de hacer política para lo cual se acompañaban de diarios como Fortín Mapocho, La Época, revistas tales como Cauce, Apsi, Análisis, incluida Mensaje de los curas jesuitas y varias otras que circulaban públicamente en kioscos por todo Chile en "Plena Dictadura" y donde la vocería la tenían varios periodistas, algunos de los cuales son figuras de la televisión actual.

Otro sector prefirió entregar al gobierno el control de las ideas libertarias mientras ellos se juntaba a crear un "nuevo estilo de hacer política" estilo que por cierto dejó de lado la lucha ideológica y subestimó al enemigo pensando que como además ya en 1989 cayó el muro de Berlín y con ello vino el desplome de la cuna del comunismo, todo estaba consumado y por tanto no era de preocupación dedicarse a resucitar un enemigo que consideraron muerto.

Pues bien, la historia nos enseña que la falta de visión política, el poco sentido de la realidad, la soberbia y la ignorancia siempre dan como resultado el tener que repetirla. Vaya pues el aplauso al “nuevo estilo de hacer política” ya que durante 30 años pavimentaron el camino para los fines de la izquierda y aquí los tienen, no sólo haciendo de las suyas sino con el gobierno secuestrado y el parlamento bailando al son de la Internacional y a sus congresistas, con honrosas excepciones, dándole pase a la destrucción definitiva de Chile al aprobar la nueva fecha para un plebiscito espurio en su génesis y mortífero para el desarrollo de nuestro país.

He traído este corto resumen para significar la falta importante de un Abascal en la política de la Derecha Chilena. Aunque lo busquen parece no existir y la razón es fácil de entender. Todos los que se levantan como tales, tratando de llevar adelante los planteamientos e ideas que nos representan tienen una plataforma de utilería que al menor soplido se viene abajo. No hay sustento histórico, no hay convicciones profundas, no hay liderazgo en la polémica, no hay argumentación contundente. No hay filosofía y por tanto tampoco hay retórica para defender los planteamientos. Esta pobreza no permite crear la emoción, convicción y entusiasmo necesarios para seguir al eventual líder.

Tengo la esperanza que surja o se manifieste, como el ave fénix de las cenizas de este país con las alas desplegadas, un líder que conduzca al puerto del futuro a este país con esperanza y con fe. Será una tarea dura volver a reconstruirlo. Serán 20 años o más para volver a quedar en el punto en que lo destruyó la izquierda. Pero si hay mística, no me cabe duda que los jóvenes de hoy harán el esfuerzo como lo hicimos ayer sus padres o abuelos.

Busquemos la persona entre los mejores, estoy cierto que los hay, ya que los actuales no parecen dar el ancho.

Una gran persona atrae a grandes personas y sabe cómo mantenerlas juntas (Johann Wolfgang von Goethe)

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