Por Jorge Andrés Droguett
Director Fundación Voz Nacional


Recuerdo la frase que dijo un profesor en un examen de derecho civil, cuando interrumpió el silencio de la no respuesta de un alumno que era examinado, señalando lo siguiente: “LAS COSAS POR SABIDAS SE CALLAN Y POR CALLADAS SE OLVIDAN”. Dicho esto, traigo a colación una sentencia política empleada reiteradas veces para destacar las debilidades de la democracia occidental contemporánea: “… la democracia cae o desaparece cuando eliminas a los que trabajan y aportan al país, dejando eso sí, a los que no trabajan ni menos aportan a la sociedad o a los demás”. Son las gotas que reiteradas en el tiempo romperán la estructura social que consideramos sólida. Precisamente, esto es lo que todos sabemos, todos lo callamos y que, con el tiempo, lo olvidamos. Quienes no lo olvidan son los comunistas que, con un nuevo traje conceptual, no detienen su derrotero deconstructivista. Si los encontramos empeñados en  importar inmigrantes que no pagan o evaden impuestos, potencian la economía informal, tampoco aportan cotizaciones previsionales ni de salud y se transforman rápidamente en usuarios de los sistemas de educación, salud y beneficiarios de bonos, subsidios, etc.

El sistema de control estalinista y el cuento de la gallina desplumada nos parecen lejanos y casi fantasiosos, empero… ¡Cuidado!  El lobo de Pedrito llegó a Sudamérica y este lobo tiene hambre y sed de poder, y para ello, estas fieras, necesitan sangrar a sus presas. Abran los ojos, pues hoy el lobo come a Venezuela, mira a Argentina y lo macabro de esta historia es que son varios los que lo invitan, a viva voz y otros disimuladamente, a venir a Chile.

La receta clásica para crear las condiciones que precipitan el camino hacia un Estado socialista todos la conocemos, todos la silenciamos y, al parecer, no recordamos. Por ello, es bueno hacer el siguiente ejercicio de memoria. Si algo les parece familiar a lo que ocurre en nuestra patria, abran los ojos. Comencemos el ejercicio con la siguiente pauta:

  1. Controlar las atenciones médicas y, por esta vía, a las personas: coincidentemente y en plena pandemia por el COVID-19, el sistema de salud, sin darse cuenta, se prueba “el traje” del control central y lo privado pasó a ser de uso público. Bien por los enfermos, pero no olvidemos que las deudas del Estado con las clínicas privadas no se saldan y, a causa de la pandemia, se genera una deuda mucho mayor.
  2. Entregar bonos, ayudas, subsidios, hasta crear dependencia de la población y normalizar un ambiente de subsistencia: aquella parte de la población que queda dentro de los sectores más pobres comienzan a someterse para recibir lo justo para subsistir. Hoy, nuestros políticos, tan generosos, proponen entregar subsidios de vivienda a los extranjeros ¿qué pasa con los nacionales que son igual de pobres?.
  3. Aumentar la deuda nacional hasta un punto muy elevado para presentar, como justificado, el legislar que se eleven los impuestos: pues esto producirá más pobreza, menos producción, menos trabajo, menos consumo, menos ingresos familiares y así seguirá profundizándose el círculo vicioso, potenciado con el ingreso de enormes contingentes de inmigrantes ideologizados que recrean los campamentos, las tomas de terreno y copan los centros de salud. En otras palabras, permitir el ingreso y permanencia en el país de ese tipo de inmigrantes es colocar más levadura en una masa que estaba lista.
  4. Armar a los grupos afines, funcionales a la ideología y también a los útiles, como son los anarquistas, narcos, independientes ignorantes y resentidos, entre otros. En esta línea es consustancial debilitar a las policías, anular a los organismos de inteligencia y, por supuesto, las Fuerzas Armadas, eliminando la capacidad de defenderse del gobierno y de la población, creando, posteriormente, un Estado policial a su guisa. Así lo plantea, entre varios otros, de distinta forma y, peor aún, con el mismo fondo, MEO, el eterno auto proclamado  candidato presidencial. Debe agregarse que este tipo de personajes, con toda seguridad, están trabajando en volver a infiltrar estas instituciones y en inhabilitar a los organismos existentes. Al respecto, muchos de nuestros  políticos y jueces de todo orden están permeados con el ideologismo exacerbado de los derechos humanos, que en el ejercicio de sus funciones no les permite actuar en pos del “Bien Común” ni tampoco visualizar los derechos de las víctimas pisoteados por los criminales.
  5. Controlar el acceso a los alimentos, bebidas, vivienda y a los ingresos de las personas para hacerlos depender del gobierno, evitando su oposición o resistencia y generando un apoyo por fuerza en la base electoral que sufre hambre y otras necesidades que sólo puede satisfacer el gobernante. Convertidos en mendigos del Estado, vendrá luego la inscripción obligatoria en el partido único para poder comer. A esas alturas la dignidad humana, la verdad, la justicia y los propios derechos humanos, importarán mucho menos que comer y acceder a una modesta atención de salud.
  6. Educar para controlar, disponer lo que la población nacional lee, lo que escucha en los diversos medios, medir lo que aprenden en establecimientos educacionales y entregar los contenidos que le permitan al gobierno central terminar de destruir a la familia como célula fundamental de la sociedad, a la religión y a los parámetros éticos que nos entrega, generando y masificando anti principios y anti valores como:

“ODIARÁS Y ATACARÁS A TODO AQUEL QUE TIENE MÁS QUE TÚ”

“ODIARÁS Y ATACARÁS AL QUE PIENSA DISTINTO A TI O AL PODER CENTRAL”;

“LO ÚNICO BUENO ES LO QUE DA EL ESTADO”

“EL ESFUERZO Y LA BEATERÍA SON PARA LOS GILES”, ETC.

  1. A propósito de la religión, la idea es atacarla hasta destruirla o dejarla reducida a su mínima expresión, eliminar a sus templos, a sus fieles y sus santuarios, con el fin de que la masa necesitada reciba las pocas, pero únicas satisfacciones de sus múltiples necesidades de manos del planificador central, y no de los curas, pastores, otras instituciones o monjas, y así, lleguen a creer que lo único bueno es el Estado proveedor (el Estado será la nueva religión).
  2. La olvidada lucha de clases: este punto no es, o quizás no era, tan fácil de realizar con éxito en un país como Chile que tiene una gran clase media. Entonces, obviamente, la receta obliga a eliminarla. Esto no les resultará tan difícil pues, cargándola con impuestos, disminuyendo sus ingresos y no dándoles apoyo, ésta se irá en su mayoría convirtiendo en pobre, lo cual prepara el camino para que consigan oponer los pobres a los ricos.

Nadie se pregunta cuántos pobres generará este encierro. El primer paso, lo dieron desde el 18 de octubre pasado, perdiéndose casi 400.000 puestos de trabajo y emprendimientos, contados en varios miles; el segundo paso, con esta pandemia ya superamos los 2.500.000 puestos de trabajo perdidos. Vuelvan a sumar a los inmigrantes que no hablan castellano, con poca preparación técnica o profesional, que viven en condiciones miserables. Con todos ellos,  tenemos parte importante del camino revolucionario e insurreccional pavimentado. Todo explicado con eufemismos y lindas palabras. La fiesta comienza con alegría y entregan al pueblo necesitado transferencias, subsidios, bonos con todo tipo de nombres de fantasía, préstamos blandos, asignaciones, mejoras de pensiones, sueldos y pensiones solidarias, etc.

Estos pelmazos, tan generosos a la hora de generar bonos, a nadie le dicen que eso hay que pagarlo después y que este mismo hecho no les importa, pues llegado el caso, ya no estarán en sus cargos, habrá que terminarlos y pagar la fiesta (ya pasó con la reforma agraria, nacionalizaciones, expropiaciones y estatizaciones realizadas durante los gobiernos de la DC 1964 – 1970 y de La UP 1970 – 1973) … espero que llegado ese infausto momento, no pidan ayuda al Chapulín Colorado, a la Pacha Mama o a Nguenechén.

Estimados lectores, ojos vista y evaluación de la capacidad de nuestro actual gobernante para asumir con claridad y con la firmeza suficiente las decisiones sanas y adecuadas pero, a veces, impopulares que apunten a mantener y mejorar el orden público y a terminar de raíz con el terrorismo desenfrenado existente en el sur del país, con la delincuencia, con las bandas de narcotraficantes, etc. ¿creen ustedes que se la pueden los Ministros del Interior y de Defensa? … Difícil, muy difícil.

Por otra parte, nuestros vecinos tienen problemas y cada vez que así ha ocurrido, han generado un frente interno común en contra nuestra (ordenando filas a nivel nacional o interno). En nuestros más de 200 años de vida institucional, en varias oportunidades ha ocurrido ¿Creen que nuestros gobernantes, con un comportamiento melifluo, que no aman a Chile como prioridad vital, serían capaces de enfrentar los avances vecinales? ¿Creen ustedes que detendrían los avances políticos y militares de los países vecinos, evitando guerras con Perú entre 1974 y 1976, con Argentina entre 1977 y 1982? ¿Tendrían la capacidad al efecto, de nuestra Junta de Gobierno, para detener los avances vecinales y al mismo tiempo empujar al país al desarrollo?

¡Chilenos todos! Por amor a Dios, la Patria, los nuestros y al pueblo de Chile.

Limpiemos la casa votando por gente nueva;

dejemos a débiles, populistas y demagogos en sus casas.

Este es el momento de cada uno de nosotros, vamos adelante por el Chile del mañana

y no por el horrible Chile de hace 55 años atrás.

POR SI LES INTERESA, NO HARÍA PLEBISCITO Y, SI LO HACEN, VOTO RECHAZO.

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