viernes, 12 de abril de 2019

 

 

El otro día predije que Sebastián Piñera iba a dar vuelta a la DC, como antes varias veces lo ha hecho... y así sucedió. Menos gente que la habitual leyó ese blog, porque a muchos les molesta que yo ponga de manifiesto el verdadero temple moral del país, que es lamentable.

Ahora Piñera, coautor de las prevaricaciones judiciales a través de sus querellas del Ministerio del Interior (una de las cuales mantiene preso al general Orozco, nonagenario y con demencia senil y sin derechos humanos, por cierto) acaba de nombrar como ministra de la Corte Suprema a Dobra Lusic, caracterizada por las mismas prevaricaciones y por su afinidad con el principal promotor actual de ellas --habiéndose jubilado Milton Juica-- que es el presidente de la Corte Suprema. Y todos miran para otro lado ante los que gritamos "j'acusse" frente a las arbitrariedades que mantienen a centenares de Presos Políticos Militares en Punta Peuco, Colina I y otros penales del país, en circunstancias en que, bajo un estado de derecho, deberían estar libres. 

En otro blog reciente describí cómo, si el delito no hubiera sido elevado en el país a la categoría de fuente de lucro para la extrema izquierda, se podría solucionar el mayor problema de la reforma tributaria en trámite, que es financiar los 800 millones de dólares de menor recaudación que cuesta la reintegración de los impuestos. Pues señalé que hay cien mil falsos "exonerados políticos", reconocidos por el presidente socialista de los exonerados reales y que cobran ilícitamente, en conjunto, a lo menos 400 millones de dólares anuales al erario, sin que nadie investigue ni persiga nada, porque son delincuentes de izquierda, es decir, con fuero; y señalé que la subsecretaria de Justicia ha anunciado para los próximos cinco años una disponibilidad de dos mil millones de dólares fiscales anuales (400 millones al año) para financiar indemnizaciones al terrorismo derivadas de juicios prevaricatorios en que, por no aplicarse las leyes vigentes, se condena a militares (r) a presidio y al fisco a pagar. Sin prevaricación habría sentencias absolutorias y no tendría lugar ese pago de otros 400 millones de dólares anuales regalados a la extrema izquierda. Con sólo castigar el delito o no cometerlo se financiaría la reforma tributaria.

El mal ejemplo que deriva de desconocer las leyes cunde y la decadencia moral es evidente. Por eso estallan escándalos en todas partes, pero todos prefieren seguir mirando para otro lado. 

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

 

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