6 de diciembre de 2024
Hermógenes Pérez de Arce
Mientras en Argentina reducen los ministerios a la mitad, Chile "por amplia mayoría" está batiendo su propio récord y creando el vigésimo quinto. El de Seguridad Pública. Nunca habíamos tenido tantos. Una carta a El Mercurio de hoy dice que tenemos 3,5 veces más ministros que Suiza y el doble de Finlandia y Japón. Si en Chile hay un problema, se crea un ministerio. La Concertación y Piñera fueron campeones en eso.
En materia de seguridad ya hay 789 funcionarios en la Subsecretaría de Seguridad Pública del Ministerio del Interior que, además, se llama de "Seguridad Pública".
Pero los representantes del pueblo aprobaron otro nuevo e innecesario por 91 votos contra 28 y seis abstenciones. Es que la política, la prensa, los opinólogos, las "élites habladoras", la intelectualidad, el tout Chili, necesitan otro aparte y con edificio propio. Ministro con auto a la puerta, subsecretario con auto a la puerta, los respectivos Seremis y más, siempre más funcionarios, que ganen 50 % más que en el sector privado, desde juniors a ministros. Porque así sucede en el Chile estancado de hoy. Es indispensable un Estado más grande, que "regule, norme, controle, fiscalice", los cuatro verbos, como le gustaba al padre de varios ministerios nuevos, Sebastián Piñera.
Los políticos necesitarán un año de trabajo para diseñar este órgano y crear otros derivados o dependientes. Muchos funcionarios más. Tarjetas de recomendación, correos, telefonazos, tuits para llenar Secretarías Regionales Ministeriales, un nuevo Consejo Asesor de Seguridad. Los Consejeros ganarán varios palos y saldrán en los diarios. Y una nueva Superintendencia de Seguridad. Nos falta esa Superintendencia. Más oficinas, más funcionarios, más secretarias y más asesoras a las que convidar a tomar pisco sour tamaño catedral.
Más trámites, más certificados. Cada empresa deberá tener un Certificado de Seguridad. Se lo dará el nuevo Ministerio. Y usted lo tendrá que pedir en el mesón, donde le dirán varias veces que estará listo la próxima semana.
La ministra Tohá ha dicho que se van a llevar a 789 funcionarios del actual Ministerio del Interior y Seguridad Pública, al nuevo. Pero va a contratar 120 adicionales. Por supuesto, contratar más. De eso se trata.
Cuando Chile todavía crecía, por ejemplo en 2006, el gasto en personal del Estado era el 4,6 % del PIB. En 2023 ese gasto había subido a 7,3 % del PIB. El ingreso per cápita de Chile casi ha dejado de crecer.
La casta política está preocupada del trabajo que debe hacer en un año para tener listo el nuevo Ministerio. Este logro debe ser completado bajo este régimen, para que el "mérito" no se lo lleve el siguiente.
Ahora preguntémonos qué sería necesario para tener más seguridad interna, para que disminuyeran los delitos y la gente pudiera salir tranquila a las calles y plazas y sentirse segura en sus hogares. Algo muy simple: que hubiera siempre carabineros cerca, autorizados para usar sus armas. Que los ciudadanos honestos no fueran criminalizados por tener armas para defenderse. Sólo eso. Sin gasto público adicional. Gratis.
En una entrevista de la televisión colombiana a emigrantes venezolanos se les preguntaba a dónde se dirigían: "A Chile", decían. "¿Por qué ir tan lejos?" : "Porque allá la policía no dispara", explicaban.
Que se respete la ley vigente, que exime de responsabilidad a los carabineros por el uso de sus armas de servicio. Que los fiscales dejen de perseguirlos más que a los delincuentes. Todo eso es gratis. Pero trae reminiscencias de "la dictadura". Ésta entregó a los civiles un país seguro, donde la gente vivía tranquila. Y la sociedad no tenía otro defecto que tener menos ministerios.
¿Por qué tienen hoy tanto miedo los chilenos? Porque se dan más garantías a delincuentes que a policías. Peor aún, se persigue a estos últimos.
Las soluciones están a la vista y no cuestan nada. Basta mirar lo que hizo Pinochet, que entregó un país seguro, más que nunca antes, con mil terroristas presos y sin delincuentes sueltos, porque iba a las poblaciones a revisarles los antecedentes y si tenían órdenes pendientes se iban presos. Así era. ¡Cómo extrañamos esa tranquilidad! Y eso que no había Ministerio de Seguridad.
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
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