2 de septiembre de 2024 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Una fundación privada me confirió el premio "Pablo Pérez Zañartu" (un galardón muy prestigiado) por defender los valores que profeso. Para resumirlos, por si alguien necesita precisiones al respecto, diré que soy de derecha sin apellidos y rindo culto a la libertad, tal como Augusto Pinochet, que en su tiempo fue honrado, por eso, con el mismo premio. Puntualizo, asimismo, que rechazo absolutamente la idea de que su gobierno violó derechos humanos, y puedo probarlo en cada caso que se me presente; y dejo constancia además de que él, como presidente, fue más probo que todos los que le sucedieron y también puedo probarlo con un dictamen del Servicio de Impuestos Internos publicado en La Tercera del 18.10.05, p.4. 

El premio viene acompañado de una considerable suma que, con la cooperación abnegada del abogado Rodrigo Cooper (¿cómo Cooper podría no Cooper-ar?) pondré en manos de los más pobres y urgidos entre los 328 (y contando) exmilitares que mantiene tras las rejas la dictadura judicial de izquierda y con fines de lucro imperante. La única restricción que impondré a Rodrigo consistirá en que no podrá emplear el donativo en honorarios de abogados, pues los servicios de éstos son inútiles en un contexto de jueces que atropellan sistemáticamente las leyes expresas y vigentes. Pues en Chile, desde hace casi 20 años, no existe estado de derecho para los exmilitares, como ha sido ampliamente comprobado por juristas reconocidos y objetivos (Miguel Alex Schweitzer y Gonzalo Vial, citados en mi blog del 27 de agosto pasado).

En el breve discurso de aceptación del premio, recordé la convicción de Fidel Castro de que los mejores años de la historia de Chile se los debemos a Pinochet, según le expresó al empresario chileno Andrónico Luksic Abaroa, al final de una cena en La Habana a mediados de lo '90 y apuntándole enfáticamente con el dedo. 

Esto lo publiqué en la página 610 de mi Historia de la Revolución Militar Chilena 1973-1990, cuya primera edición apareció en 2018. "Eso se lo deben ustedes a Pinochet", afirmó perentoriamente Castro, apuntando con el índice a Luksic, y según el relato de éste, cuando le terminó de describir a Fidel la bonanza chilena a mediados de los años '90. Nadie lo ha desmentido nunca. Menos los redactores y autoridades de El Mercurio que, al igual que yo, estaban presentes.

¿Qué significa que un gobernante marxista-leninista reconozca el éxito de políticas liberales diametralmente opuestas a las suyas y no cambie éstas? ¿Qué implica que él, principal coautor del magnicidio frustrado contra Pinochet en 1986, el cual costó la vida a cinco de sus escoltas, haya reconocido, diez años después, que su víctima había sido un gobernante exitoso? ¿Qué le impedía e impidió a Castro dar un vuelco en sus propias políticas y restablecer la libertad y la propiedad privada en Cuba, al convencerse del beneficio de haber hecho esto en Chile? 

Andrónico Luksic Abaroa falleció en 2005, Augusto Pinochet en 2006 y Fidel Castro en 2016. 

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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