14 DE JUNIO DE 2023 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Ha vuelto a circular un video filmado hace años en una universidad angloparlante, que da cuenta de un experimento: una profesora, sosteniendo una carpeta verde, pide a los alumnos que, apenas ingrese algún atrasado, cuando ella les pregunte a los presentes el color de la carpeta, todos respondan que es roja. Entonces entra uno que llegó tarde y la profesora les pregunta a varios de qué color es la carpeta, a lo que todos responden lo convenido, "roja". Después le pregunta al recién llegado. Éste, confuso y pese a estar viendo la carpeta verde, también responde: "roja".

Este experimento tiene que ver con una afirmación de Josef Goebbels, ministro de propaganda de Adolfo Hitler: "Una mentira mil veces repetida pasa a ser verdad." El curso repitió la mentira, "rojo", y ésta pasó a ser "verdad".

Lo mismo ha sucedido en Chile en materia constitucional. No necesitaba ni necesita una nueva Constitución, pero hace veinte años los comunistas empezaron a decir que sí y lo repitieron hasta que "el vientre blando de la política", DCs y centroderechistas, comenzaron a decirlo también.  

La gente en Chile tenía motivos para estar satisfecha, contestar "verde" y "no necesitamos otra Constitución". Porque la proporción de personas que vivían con menos de 3,60 dólares al día cayó de 36 % en 2010 al 11 % en 2020 (medida en dólares de 2017 a paridad de poder de compra) y el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad) bajó del 55 % a 44 %." (The Economist, citado por El Mercurio del 27.05.23, B 15). 

Pero, víctimas del embrujo del "rojo" repetido mil veces, cayeron El Mercurio, La Tercera, el Canal 13 y demás medios, junto con el empresariado y ChileVamos. Una convención hizo otra Constitución, pero cuando ya estábamos al borde de tener a todo el país diciendo "rojo", llamaron a votar obligadas, en el plebiscito de salida, a casi cinco millones de personas más que estaban fuera del circuito político y del ensalmo. Esa mayoría tenía sentido común y dijo "verde" porque veía verde y rechazó todo por 62 %. Chile se salvó. Pero los embrujados y el comunismo no cejaron, hicieron trampa, pues por sí y ante sí llamaron a otro proceso, nulo por falta de potestad constituyente, que es del pueblo al cual no consultaron.

Ahora CADEM anticipa que, al final, un 56 % va a votar Rechazo, es decir, En Contra. Por supuesto. Gente con sentido común, apolítica, que donde ve verde dice "verde". Gente que si hubiera entrado atrasada a la sala del experimento les habría dicho a todos los que decían "rojo", "¡Háganse ver, por favor. la carpeta es "verde!"

Gente que el 7 de mayo convirtió, al único partido que decía "verde", en el mayor del país por lejos. Pero los que dicen "rojo" lo asustaron y aquél, defraudando a su electorado, "fue sensato", cedió y dijo "bueno, ya, rojo. Hagamos otra Constitución." Gran desilusión de quienes decíamos "verde" y lo votamos. Pero "la política es sin llorar".

Vamos a volver a decir "verde" el 17 de diciembre y todo el artificio ridículo, caro y exagerado de los "Expertos", "Consejeros" y "Técnicos en Admisibilidad" quedará tan olvidado como la Loncon, Rojas Vade, la tía Pikachu, "plurichile es tu cielo azulado" y las piñericosas y boricosas de los socios del contubernio forjado al margen de la voluntad mayoritaria.

Chesterton decía hace noventa años: momento llegará en que deberemos usar nuestra arma para defender la noción de que el pasto es verde. Acá lo haremos mediante el voto. Llegará diciembre, votaremos "verde", "a trabajar" y "aquí no ha pasado nada".  Y a lo mejor para entonces también ya hay, la Patrona mediante, pajaritos nuevos.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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