24 DE SEPTIEMBRE DE 2022 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


El 2 de septiembre hice un tuit sobre la grabación descriptiva de una reunión en La Moneda, cuyo texto publiqué en este blog el día antes ("Con las Manos en la Masa", 01.09.22). Según ella, Boric amenazó al director de la PDI por la posible filtración de grabaciones vinculando al oficialismo con Llaitul. El aludido le respondió que no las había filtrado y no se preocupara, porque si quisiera presionar a La Moneda podría dar a conocer grabaciones donde personajes de palacio aparecían haciendo lo necesario para que el estallido de octubre de 2019 "se desarrollara como se desarrolló". Esta "tranquilización" hizo palidecer y enmudeció al presidente por los siguientes minutos. Por supuesto, después "todo quedó ahí". 

Eppur si muove, pues las tales grabaciones existen. Y sospecho que el Mossad está detrás (y tiene sus razones) de la revelación, ahora, de las hackeadas a las Fuerzas Armadas, donde está la misma evidencia. Las huellas digitales de los políticos de los 14 partidos y grupos que provocaron la violencia ¡y lo confesaron con publicidad en su declaración del 12 de noviembre de 2019! están ahí. 

Consecuencia: que podría y debería solicitarse al Tribunal Constitucional la declaración de inconstitucionalidad, desde la DC al PC, porque los hechos no están prescritos y el artículo 19 número 15 de la Constitución dice: "Son inconstitucionales los partidos y movimientos u otras formas de organización... que hagan uso de la violencia, la propugnen o inciten a ella como método de acción política. Corresponderá al Tribunal Constitucional declarar esta inconstitucionalidad".

Si en 2019 hubiera habido un verdadero Presidente de la República, éste debería haber pedido y obtenido la inconstitucionalidad de los 14 partidos y movimientos insurrectos que ese 12 de noviembre confesaron públicamente, con sus logos al pie del documento (cuya copia conservo), haberse valido de la violencia o "movilizaciones" para "correr el cerco de lo posible" y "cambiar el modelo político, económico y social". 

Además, el artículo 60 inciso 5° de la Constitución declara que "cesará... en sus funciones el diputado o senador que de palabra o por escrito incite a la alteración del orden público o propicie el cambio del orden jurídico institucional por medios distintos de los que establece esta Constitución". La petición de cesación en el cargo deberá formularse por diez o más parlamentarios, con los cuales Piñera contaba y que están disponibles hoy, si bien sólo en el Partido Republicano, que hasta el momento "no se ha pasado al enemigo". Esa cesación declarada a posteriori acarrearía la inhabilidad por cinco años de los ex parlamentarios afectados para optar a otros cargos y, desde luego, a la Presidencia.

Además, los diputados de Chile Vamos ya le habían hecho casi todo el trabajo a Piñera, pues el 6 de enero de 2020 pidieron ante el Tribunal Constitucional la cesación en el cargo del diputado comunista Hugo Gutiérrez por los mismos fundamentos que alcanzan al resto; y acompañaron antecedentes y pruebas completísimos, que las grabaciones hackeadas (y las que tiene el director de la PDI) confirman, acerca de los culpables del uso de la violencia y el llamado a la alteración del orden público. 

Los hechos no están prescritos y deberían ahora mismo ser planteados ante el Tribunal Constitucional por el Partido Republicano y la parte de la centroderecha aún no entregada al gobierno. Y si el TC fallara en derecho, debería declarar: (1) La inconstitucionalidad de los 14 partidos y movimientos sediciosos y (2) las inhabilidades de Boric y demás inhabilitados por cinco años. De esa declaración derivaría la actual imposibilidad constitucional de aquél para desempeñarse como Presidente de la República y también su consiguiente remoción del cargo.

Todo eso suponiendo que en Chile existiera un "estado de derecho", es decir, rigieran las leyes. Por supuesto, no hay tal, sino un confeso "parlamentarismo de facto." 

Pero, si no rige el derecho, entonces ¿qué rige? Obvio: "la ley del más fuerte". ¿Quién es el más fuerte en Chile? ¿No es obvio? Todo esto es lo que ha estallado en la cara de Boric.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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