domingo, 4 de noviembre de 2018

 

No puedo entender las críticas al asilo concedido por Francia al triple asesino y secuestrador convicto comunista Ricardo Palma Salamanca. Pues por todos los precedentes sabemos, o deberíamos saber, que el mundo en general y Chile en particular protegen a los asesinos, si son de izquierda. 

Aylwin indultó a todos los terroristas de izquierda que estaban presos por crímenes sangrientos, tras asumir el poder acá. Había dicho que no lo iba a hacer, pero finalmente lo hizo con apoyo transversal. Muchas voces de derecha siguen diciendo hasta hoy que Aylwin es un  ejemplo a seguir. Y el mundo occidental estuvo de acuerdo con él, pues todos esos asesinos convictos obtuvieron empleo asegurado en naciones europeas (el indulto consistió en conmutarles el presidio por extrañamiento, que  consiste en cumplir  la pena residiendo en el exterior, y las naciones europeas colaboraron ofreciendo buenos empleos a los terroristas).

Tampoco nadie criticó al Vaticano cuando concedió asilo y pidió y obtuvo salvoconducto para que se marcharan indemnes del país los asesinos del Intendente de Santiago, general Carol Urzúa, y de sus escoltas. 

Es que la izquierda es considerada buena por antonomasia, aunque asesine. Los verdaderos malos son los que combaten a los asesinos de la izquierda. Por eso Punta Peuco  ya se colmó de militares presos por haber combatido al MIR y al FPMR comunista, al cual pertenecía Palma Salamanca. 

Nuestra sociedad considera tan malos a los militares que combatieron a los terroristas que les tiene reservado un procedimiento penal mucho más desfavorable que el vigente para el resto de los chilenos. Y, además, los priva de eximentes de responsabilidad como la cosa juzgada, la amnistía, la prescripción, la presunción de inocencia, el principio pro reo, el principio de legalidad y, en general, del derecho al debido proceso que tienen los buenos, es decir, los terroristas de izquierda.

Uno de estos últimos se sienta en la Cámara de Diputados y cobra dieta, pese a que confesó públicamente ser autor intelectual de un quíntuple asesinato agravado con premeditación y alevosía. Cuando un abogado se querelló contra él, basado en esa confesión, el tribunal declaró que estaba amparado por la prescripción y lo absolvió.

Y el autor material de ese quíntuple asesinato terrorista no sólo vive impune, sino que fue candidato a concejal (el pueblo malagradecido no lo eligió); fue convidado a una ceremonia en La Moneda por Michelle Bachelet y fue objeto de un almuerzo de homenaje en la Cámara de Diputados 
Pues la costumbre ha consagrado que los buenos, es decir, los de la izquierda, tengan derecho a matar impunemente. Por supuesto, tienen todavía muchos más derechos que ése y debido a ello hay casi doscientos mil de los mismos jubilados con "pensiones no contributivas" (es decir, que no debieron hacer cotizaciones previsionales para obtenerlas). Como muchos eran próximos al terrorismo de izquierda, fueron alguna vez interrogados y, en número de 30 mil, se declararon "torturados", de modo que hoy reciben pensiones del Estado por eso. Asimismo, hay 160 mil despedidos de la administración pública, en la cual habían sido contratados por la izquierda, provocando un déficit público que generó en Chile la mayor inflación del mundo. Su despido permitió terminar con ese déficit y con la inflación, pero hoy reciben pensiones como "exonerados políticos", como si hubieran sido "perseguidos". Es que son "buenos", de izquierda. El mejoramiento de todas las pensiones "contributivas", que son las de la gente normal, en actual discusión, podría financiarse perfectamente si no tuviéramos que pagar pensiones "no contributivas" a los buenos de la izquierda.

El gobierno francés, al conceder asilo al triple homicida y secuestrador comunista, no ha hecho nada diferente de lo que han hecho los sucesivos gobiernos del "No" chilenos y otros estados extranjeros. Así es el mundo en que vivimos y, cuando lo hemos forjado con nuestros votos, el que merecemos.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

 

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