12 DE MARZO DE 2022 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


El otro día me llamó un distinguido historiador y me preguntó si podría proporcionarle el prontuario de Sebastián Piñera. Le indiqué la fecha de este blog en que lo reproduje por última vez: "Credo", del 09.12.17. Porque este blog nació como la casi única voz de derecha que clamaba en el desierto, al arrojarse ese sector en brazos del referido sujeto. Yo reproducía su nutrido prontuario año a año. 

En ese tiempo, 2009, él estaba recién condenado por el delito de comprar acciones con información privilegiada, lo cual a las dirigencias de derecha no podía importarles menos. Al contrario, su preocupación mayor entonces se reflejaba en la pregunta, muy repetida, "¿qué le pasa a Hermógenes?", que me transmitían familiares y conocidos. Sólo porque yo opinaba que no tenía antecedentes para ser el candidato de la derecha. Así se lo declaré a una periodista de "La Nación" y que ahora está de moda: Mirna Schindler. Básicamente por eso dejé "El Mercurio" el 31 de diciembre de 2008, después de escribir ahí por más de 40 años y pese a tener una columna semanal.

En realidad, lo peor que le ha podido suceder a Chile en el siglo XXI ha sido ser gobernado por Sebastián Piñera. La consecuencia más nefasta la tenemos ante los ojos: el desastre de tener que de vivir en este país devastado por la violencia y con otro gobierno de extrema izquierda como el de la UP de 1970.

En estos días una columnista de derecha de "El Mercurio" ha escrito despidiendo a Sebastián y ¡dándole las gracias! por su gestión. Un derechista de línea le ha replicado comedidamente, en cartas al diario, exponiendo las razones para no hacerlo. Pero ha omitido la mayor de todas, la más agraviante y causa de enormes males morales y materiales para el país y su futuro: la traición de Piñera a Pinochet y los militares. 

Sebastián era DC y como tal había trabajado por la candidatura de Frei hijo en los 80, según me contó este último, la cual no próspero debido a las astucias de don Patricio. El mismo '89 Andrés Allamand, siempre corrido a la DC, tuvo la peregrina idea de llevar a Sebastián Piñera al comando de Hernán Büchi, ministro de Hacienda que encabezaba las encuestas presidenciales. Sebastián lo reventó y el candidato renunció, alegando una "contradicción vital". No hay dos personas más distintas en el orbe que Hernán Büchi y Sebastián Piñera.

Entonces éste se presentó como candidato a senador por Santiago en lista conmigo y tuve oportunidad de conocerlo bien y quedar completamente espantado. Jaime Gumán me decía: "Tienes que ganarlo, porque es pernicioso y en el Senado será fatal para Pinochet y la Junta". Pero me ganó él y, sí, resultó pernicioso. En una oportunidad aportó el voto decisivo para destituir a un ministro de la Corte Suprema, acusado constitucionalmente por la izquierda por aplicar la amnistía, una ley vigente. Quiso ocultar la balota negra al votar, pero sus dedos eran demasiado cortos y aquélla salió en la foto.

Quiso ser candidato presidencial, ya en los '90, pero fue sorprendido conspirando de manera inconfesable contra Evelyn Matthei y tuvo que esperar a que todo se arreglara "a la chilena", es decir, culpándola a ella y quedando él como "víctima". Después "le hizo la cama" a Lavín en 2005, cuando éste tenía asegurado el apoyo de la UDI y RN, pero este último se lo birló. La Michelle Bachelet, a quien le sobraban votos en primera vuelta, llamó a partidarios suyos a votar por Piñera "para atajar a Lavín" (lo confesó ella). Pues Lavín todavía era de derecha, defensor de los militares.

Sebastián quedó posicionado. En 2009 se enfrentó a Frei hijo y la cosa se veía estrecha. Entonces pidió citar a los militares en retiro, que acudieron en masa a su club en la Alameda (yo, aunque sólo "cucalón", era y soy militar(r) honorario) y les prometió hacer aplicar las leyes en los juicios-negocio de abogados rojos de dd. hh. En especial mencionó hacer respetar la prescripción y ofreció acortar los procesos, que entonces eran como 300. "La familia militar" lo aplaudió a rabiar y votó en masa por él. Fue electo.

Ya elegido, hizo todo lo contrario a lo que prometió: triplicó las querellas (mil) contra los militares, cuyo número de presos llegó a más de 200, copando Punta Peuco. Y declaró que los partidarios de la Junta (con cuyos votos había llegado a La Moneda) eran "cómplices pasivos" de atropellos a los dd. hh. y delitos contra la Humanidad. Contrató decenas de abogados de izquierda en el ministerio del Interior para perseguir mejor a los uniformados y patrocinar recursos ante la Corte Suprema para aumentarles las penas, cuando en primera instancia y apelaciones habían sido bajas o se las habían remitido. Y con indemnizaciones millonarias a costa del fisco. Nunca los abogados de dd. hh. han ganado tanto como bajo Piñera. 

Como al final de su mandato estaba bajo en las encuestas (porque siempre lo pillan, y lo habían pillado en varias situaciones oscuras) discurrió trasladar a los generales que estaban presos en el regimiento "Cordillera" al penal Punta Peuco. El más pundonoroso de ellos, Odlanier Mena, inocente, por supuesto, y enfermo terminal, optó por el suicidio. Y con esa vil maniobra publicitaria y el aplauso comunista (permitió que se colgara el emblema de la hoz y el martillo en el pórtico de "Cordillera" la noche del publicitado traslado), remontó en las encuestas y llegó al 50 % que anhelaba. La entonces todavía comunista Javiera Parada recitaba églogas de homenaje a Piñera que oí presonalmente por la radio.

Increíblemente, la derecha reincidió en 2017 y lo reeligió. José Antonio Kast, que fue derrotado por Piñera en la primera vuelta de ese año, les profetizó a los empresarios piñeristas-entreguistas (es decir, a casi todos), en Casapiedra, lo que vendría: "si ustedes siguen haciendo lo mismo, van a tener esto en el poder en 2022". Y proyectó en la pantalla una imagen de Boric y Jackson.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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