viernes, 22 de septiembre de 2017
El escenario que le daría total confianza a los inversionistas –los inversionistas son el uno por ciento de la gente, pero hacen el 80 por ciento de la inversión, es decir, son los que hacen crecer la economía— sería que Kast y Piñera pasaran a segunda vuelta.
Esto sería perfectamente posible si la derecha fuera leal e inteligente, pero me temo que no sea ninguna de las dos cosas. Bueno, para el caso de que cambie para bien de aquí al 19 de noviembre, le digo lo siguiente: si vota por el único candidato de derecha, que se llama José Antonio Kast, éste obtendrá sobre el veinte por ciento de los sufragios, que representa a los que todavía defienden al Gobierno Militar, y pasará a segunda vuelta.
En ese caso también pasará Piñera, que no es de derecha pero va a tener una buena votación DC (porque él es, en realidad, DC de alma), y también va a tener una gran votación de la izquierda, cuyo móvil principal en política es el odio (por eso he escrito el 15.09.17 que Bachelet le ha puesto un “broche de odio” a su mandato). Como Piñera satisfizo como nadie ese odio de la izquierda, vituperando a los militares, trasladándolos a un penal peor e interponiendo querellas contra los que combatieron al terrorismo marxista, también va a tener un no pequeño contingente de votantes de izquierda y va a pasar a segunda vuelta.
Si el escenario electoral se divide en dos partes iguales, una del centro hacia la derecha y otra del centro hacia la izquierda, podemos ver que, en los hechos, hay dos candidatos (Kast y Piñera) disputándose la primera de esas mitades y seis disputándose la segunda (Artés, Goic, Guillier, ME-O, Navarro y Sánchez). Si se divide una mitad por dos y la otra por seis, es obvio que van a pasar a segunda vuelta los dos de la mitad derecha y ninguno de la izquierda. Además, en este sector van a ir aumentando su votación, a medida que vayan siendo más conocidos, los cuatro candidatos con menores porcentajes en las encuestas, restándosela a los que hoy los tienen mayores. Esto conduce a que Kast y Piñera obtengan, cada uno, más votos que cada uno de los del centro hacia la izquierda y a que aquéllos sean los dos que pasen a segunda vuelta.
Pero, claro, hemos visto que la derecha no es leal. Constituyó la médula cívica del Gobierno Militar, que, por lo demás, la salvó de la degollina marxista, pero después de ganada la guerra, en la posguerra lo ha traicionado como nadie. Así, la prevaricación ilegal de los jueces de izquierda contra los militares que enfrentaron al terrorismo marxista ha sido originada en y liderada por el gobernante que la derecha eligió en 2009, Sebastián Piñera, con casi mil querellas interpuestas por su subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, durante su mandato.
Los gobiernos de centroizquierda anteriores sólo habían interpuesto unas trescientas querellas.
El Colegio de Abogados, donde hay una mayoría de derecha en la directiva, no ha dicho una palabra contra la prevaricación de los jueces de izquierda ni contra la iniciativa del gobierno de Piñera de presentar esas mil querellas. Al contrario, ese Colegio, al que pertenezco, censuró y se negó a publicar un artículo mío en su Revista del Abogado, criticando un fallo prevaricatorio, redactado por un ministro DC (al que sí le publican artículos) contra tres oficiales de la Armada, uno de Carabineros y uno de Investigaciones, por la muerte del mirista entrenado en Cuba, Rudy Cárcamo en 1973, ya sobreseída entonces, luego amnistiada y también prescrita. Los jueces de primera y segunda instancia les habían aplicado pena remitida (se cumple en libertad). Un recurso de casación del ministerio de Piñera elevó el caso a la Sala Penal de la Suprema, bastión de izquierda, que les subió la pena a 5 años y un día efectivos, que están cumpliendo en Punta Peuco.
El Colegio prefirió encubrir al redactor del fallo. Yo denuncié eso y publiqué mi artículo censurado en este blog el 27.03.15 (“Artículo Impublicable en la Revista del Abogado”) que a la fecha tiene 1.947 lecturas.
Y ahora mismo la derecha está traicionando al único candidato de derecha, José Antonio Kast, pues en el Encuentro Nacional del Agro, organizado por la Sociedad Nacional de Agricultura (que es el corazón de la derecha, o por último, el riñón, si ustedes prefieren) ha organizado un debate presidencial excluyendo a José Antonio y sólo con candidatos que no son de derecha. Increíble pero cierto.
Con esta derecha ¿quién necesita una izquierda?
En todo caso, puñaladas traperas aparte, para que Kast y Piñera pasen a segunda vuelta sólo se necesita que el electorado de derecha sea más íntegro y leal que sus dirigentes y vote por el único candidato que la representa. ¿O será mucho pedir?