Gonzalo Ibáñez Santamaría
La alternativa del 26 de abril
En ese día los chilenos estamos convocados a un plebiscito para que nos pronunciemos acerca de si queremos o no queremos una nueva constitución. Pero, como sabemos, la decisión de hacer tal convocatoria no fue adoptada después de madura y serena reflexión, sino como una concesión para detener la ola de violencia que se apoderaba del país. Se le llamó “Acuerdo para la Paz”, pero poca o ninguna paz ha traído. Desde entonces hasta hoy la violencia no ha amainado. El incendio de la Iglesia institucional de Carabineros y el intento de impedir la PSU no han sido sino sus dos últimos episodios y nada nos dice que se va a detener. Es que a quienes provocaron esa violencia y la han seguido provocando no les interesa cualquier constitución de reemplazo, sino una que conduzca a Chile derechamente al grupo de países como Venezuela, Cuba o Nicaragua.
Heraldo Muñoz, presidente del PPD ha dicho que, de rechazarse la opción por el reemplazo de la constitución, la violencia va a incrementarse. Esto es ceder por anticipado al chantaje. Es posible que algo suceda en ese sentido, pero en un tiempo muy acotado. Hemos de enfrentarlo. Pero, a todo evento, si algo sucede, no va a ser comparable a lo que sucederá si triunfa la opción que aprueba el cambio. Ahí va a venir una violencia aun mayor para lograr que la constitución sea la que los violentistas -y quienes están detrás- quieran y no otra. Los violentistas ya habrán advertido cómo el país se doblega a sus amenazas. Por eso, la opción del 26 de abril no es tanto si queremos o no una nueva constitución, sino si queremos vivir en paz o si queremos que la escalada de la violencia continúe.
La constitución que nos rige hoy no es ningún inconmovible dogma de fe. Es algo sobre lo cual se puede debatir y acordar cambios, pero en otro ambiente. Hoy, cuando la violencia arrecia, parece mucho más responsable actuar de manera de detenerla. Por eso, ciertamente lo prudente el día 26 de abril es votar sin reservas por la opción de rechazo. No se trata de rechazar un debate constitucional sino de rechazar a la violencia como arma de un intolerable chantaje.
Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm/
.