22/12/2019
Gonzalo Ibáñez Santamaría
Mientras se esforzaba por evitar que la Plaza Italia fuera copada y destruida en una manifestación reciente, un vehículo de Carabineros impactó en uno de quienes participaban en esa manifestación causándole un lesión de gravedad.
Esto bastó para que, desde los partidos de oposición se desencadenara una ofensiva sobre Carabineros acusándolos de violadores de los derechos humanos y pidiendo la renuncia tanto del General Director como del intendente de Santiago.
Es cierto que deben prevenirse los excesos y castigarlos cuando estos se produzcan. Para eso, se ha iniciado la investigación correspondiente. Pero, al momento del juicio no pueden dejar de tenerse en cuenta circunstancias que, en este caso, son especialmente importantes. Desde luego, el intento de ocupar esa plaza para convertirla en un símbolo de la subversión y de la violencia, es inaceptable. Sobre todo si, con esa ocupación, se impide que ella preste a la ciudad el servicio para el cual fue concebida. En este caso, constituir un eje crucial para el desplazamiento de sus habitantes.
La autoridad no puede tolerar esa situación y debe actuar para restablecer el orden. Por otra parte, en el cumplimiento de su tarea Carabineros es enfrentado por una fuerza de extrema violencia que los pone ciertamente en mucho peligro. Más de mil de sus efectivos han resultado heridos en los últimos enfrentamientos y muchos de ellos quemados con bombas molotov.
Quienes ahora rasgan vestiduras por el comportamiento de Carabineros harían bien, antes que nada, en condenar esa violencia, en respaldar a nuestra policía y en sumarse al esfuerzo que ella hace para recuperar el orden público como condición necesaria para el respeto efectivo de los derechos humanos de la inmensa mayoría de la población, que es la más afectada por estos actos de violencia, vandalismo y pillaje.
Todas la fuerzas políticas se han sumado para condenar una “funa” de que fue objeto el diputado Boric. Pero a él no lo insultaron, ni lo apedrearon ni intentaron quemarlo como se ha hecho con Carabineros. No se pueden tener dos pesos y dos medidas para juzgar conductas similares, en este caso la de quienes atacaron a ese diputado y la de quienes atacan a Carabineros, por el solo hecho de que éstos actúan para cumplir con su deber. Como dice su himno, al obrar así ellos son el emblema y el escudo de nuestra nación. Quienes los atacan, sin embargo, hoy aparecen como blancas palomas y cualquier acto de defensa propia y de defensa social que los carabineros intenten es calificada, en cambio, como una “violación de los derechos humanos”.
Terminar con la discriminación de que son objeto nuestros carabineros a la hora de juzgar su comportamiento, es esencial para restaurar un orden de efectiva justicia en nuestra patria que sirva de fundamento a una paz duradera.
Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm/
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