Gonzalo Ibáñez Santamaría
Mucho se habla de las diferencias que separarían a las “dos derechas” dentro del país. Una, que se autodenomina “patriota y consecuente” formada básicamente por los partidos Republicanos y Libertarios -derecha dura o derecha extrema como la denominan sus adversarios-, y la otra, autodenominada “centro derecha” y la cual es acusada por la anterior versión, de ser un “derecha cobarde” formada por los partidos UDI, RN y Evópoli.
El último enfrentamiento entre ambas versiones sucedió a propósito de la reforma de pensiones. Mientras la centroderecha entró en acuerdo con las fuerzas del gobierno, la derecha dura se negó tenazmente a ese acuerdo. La verdad es que, sobre puntos como este, puede haber muchas diferencias, pero el punto más importante es otro. Es la posición de cada una de esas derechas frente a lo que es definitivo y esencial: la legitimidad o no del pronunciamiento militar del día 11 de septiembre de 1973.
Para muchos, ese es un tema que debe dejarse de lado definitivamente. No volver nunca más a hablar de él. Pero, resulta que a cada momento los hechos obligan a volver a él. Por ejemplo, el fracaso de la economía obliga a volver la vista al exitoso programa económico del gobierno militar. También, el desastre de la seguridad ciudadana incita recordar la seguridad de los días de ese mismo gobierno. En definitiva, el hecho de dejar de lado toda referencia al pronunciamiento militar ha significado olvidar nuestra historia de aquellos años y ha significado, por lo tanto, abrir las puertas a la alternativa de volver a la situación del 10 de septiembre de 1973. Y que esto no es pura teoría, lo demuestra la actual situación del país: hemos vuelto a esos tiempos.
Por eso, es necesario que estas dos derechas claramente expresen su posición acerca de este punto. Es cierto: la denominada centro derecha, RN y UDI sobre todo, creada para custodiar el legado del gobierno militar y para proyectarlo hacia el futuro, claudicó de manera lamentable en este propósito Y, en esa medida, se ha hecho cómplice del desastre por el que atravesamos. Pero, a pesar de todo, sería conveniente conocer cuál es su posición ahora sobre ese período de la historia; y lo mismo pedimos para la derecha “patriota”. Se suponía que esta iba a ser muy clara en este punto, pero la verdad es que, hasta ahora, se ha escabullido a la hora de las definiciones.
Mientras sigamos en esta situación, navegando con un rumbo cambiante, va a ser difícil arribar a un buen puerto. Seguiremos de tumbo en tumbo. Es lo que les sucede a los países que olvidan su historia: están condenados a repetirla. Por eso, el principal combate al que estamos enfrentados es precisamente el de la historia. Recuperarla y tenerla siempre presente es garantía de que saldremos adelante en esta etapa de nuestra vida ciudadana.
Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm
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