Gonzalo Ibáñez Santamaría


Muchos son los que denominan “dictadura” al régimen militar que gobernó Chile entre 1973 y 1990. Se olvidan, desde luego, que él nos liberó de la siniestra “dictadura del proletariado” que intentó imponer entre nosotros el régimen marxista encabezado por Salvador Allende. Que, del proletariado, entre paréntesis, no tenía nada. Los verdaderos proletarios fueron las víctimas principales de los crímenes que esas dictaduras cometían en nombre de ellos.

El gobierno militar cumplió con su cometido: restauró las libertades públicos, incentivó la economía nacional, fortaleció la familia y la educación y proscribió un crimen abominable como era el que se cometía contra los seres humanos aun en el vientre de sus madres. Cuando ese gobierno asumió el poder, Chile marchaba a la cola de los países del continente. Cuando lo entregaron, Chile marchaba a la cabeza.

Con la llegada de los gobiernos civiles comenzó la labor de socavar el orden construido en los 17 años anteriores. Hoy, esa labor ha cumplido su meta: devolver al país a una situación de inestabilidad y crisis que amenaza seriamente su futuro. Principal demostración: la inseguridad que se ha apoderado de todos los chilenos, porque en nuestras ciudades y en nuestros campos opera una delincuencia de manera cada día más audaz y desembozada; y, más cruel. Tanto domina ella, que el grueso de la población no se atreve, por ejemplo, a salir por la tarde o en la noche. Prefiere atrincherarse en sus casas, porque sabe que, afuera, puede ser víctima de los peores delitos y crímenes.

Hoy, sí que vivimos bajo una dictadura: la de la delincuencia, el narcotráfico y el terrorismo. Y no hay indicio alguno de que vayamos a superarla. Sobre todo, cuando advertimos que el grupo que nos gobierna llegó al poder de la mano de esa delincuencia. ¿Cómo va a combatirla ahora cuando ha hecho todo lo que le ha sido posible para destruir las fuerzas de defensa de que dispone el país, con Carabineros a la cabeza?

Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm

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