Gonzalo Ibáñez Santamaría
En pocas semanas más, los chilenos deberemos acudir a las urnas para pronunciarnos A Favor o En Contra del proyecto de Constitución que presenta al país el Consejo Constitucional y que tiene por misión reemplazar la Constitución en actual vigencia.
Este proyecto fue elaborado básicamente a partir de dos fuentes. En primer lugar, el texto elaborado por una Comisión de Expertos nombrada por el Congreso Nacional en proporción a las distintas fuerzas políticas que en él se encuentran. Y, en seguida, los aportes que hicieron los miembros del Consejo Constitucional elegidos el pasado día 7 de mayo. Como los del partido Republicano eran mayoría, fueron sus indicaciones las que entraron al texto definitivo sea agregándose a lo presentado por los expertos, sea reemplazando algunas disposiciones elaboradas por estos.
El texto sobre el que, en definitiva, debemos pronunciarnos refleja entonces un ideario de quienes, como los republicanos, hubieran preferido que siguiera vigente la actual Constitución pero que, puestos en la necesidad de redactar un texto de reemplazo, han elaborado éste que contiene, por lo mismo, buena parte de sus proposiciones y hace de continuidad con el anterior.
Por cierto, de inmediato han manifestado su decisión de votar en contra del proyecto todos los partidos que sostienen al actual gobierno, encabezados por el partido comunista, acusándolo de integrista, fascista, conservador, etc. A favor se han pronunciado los partidos de oposición; desde el luego, el partido Republicano, la UDI, RN, Evópoli y los nuevos partidos como Amarillos y Demócratas. Es muy importante la opinión de estos últimos pues están formados por gente salida de las fuerzas oficialistas, cuya paciencia fue colmada por los continuos desatinos del actual gobierno.
Hay, sin embargo, un tercer grupo de personas, cercanas a estos partidos de oposición, que están llamando a votar en contra porque consideran insuficiente el texto propuesto y porque, según ellos, terminaría abriendo las puertas una vez más a las fuerzas marxistas. Es una sorprendente posición, porque esas fuerzas marxistas también llaman a votar en contra, pero por la razón inversa: porque el proyecto de constitución, de ser aprobado, les cerraría esas puertas.
Personalmente, siempre fui partidario de defender la actual Constitución y que era ella la que debía seguir vigente cuando el primer proyecto constitucional, ese mamarracho elaborado por la Convención Constitucional, fue rechazado. Pero, se decidió lo contrario, llamando a este nuevo proceso. Hoy, es indispensable cerrar la discusión constitucional y eso sólo se logra aprobando el actual proyecto. Algunos creen que, de triunfar la opción En Contra, se asegura la vigencia de la actual Constitución, pero eso es un espejismo. Se abre una verdadera Caja de Pandora de la cual nada bueno puede salir.
Por eso, hoy apoyo la opción A Favor. El proyecto es mejorable, pero es suficientemente sólido para garantizar un futuro de paz, de armonía y de progreso para el país. Le creo a los comunistas: este proyecto representa un obstáculo para que ellos puedan llevar adelante sus propósitos.
Debemos unirnos en torno a él para defender a Chile.
Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm
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