Gonzalo Ibáñez Santamaría
Hace más de un año el almirante Ramiro Navajas envió a sus colegas del Alto Mando de la Armada un correo privado pidiéndoles apoyo en ayuda humanitaria para ex marinos confinados en Punta Peuco, señalando que se trataba de gente que, en su paso por la Armada, había cumplido con su deber.
Este correo se hizo recientemente público por el hackeo de que fue víctima el ministerio de Defensa y ello bastó para que desde las filas del gobierno aparecieran los pontífices de los “derechos humanos”, condenando al almirante. La ministra Vallejos señaló, por ejemplo, “Decir que nunca, jamás, violar los derechos humanos va a ser un deber. Y eso no es solamente una convicción de nuestro Gobierno, sino que es un principio universal que tiene que ser respetado en las palabras y en las acciones”.
¡Lo dice ella que es miembro del partido comunista, que en su historia ya ha causado más de cien millones de muertos, arruinado países completos, esclavizado multitudes y destruido sin piedad partes muy importantes del patrimonio de la humanidad! Es el caso típico de un fariseo que rasga sus vestiduras viendo la paja en el ojo ajeno sin apreciar la viga en el propio.
En el caso de Chile hasta 1973, fueron los comunistas y sus aliados los que validaron el uso de la violencia, los que se armaron para practicarla y los que efectivamente la emplearon hasta un punto en que sólo la intervención de las FF.AA y de Orden pudo impedir la masacre que estaban preparando. Efectivamente, ellas cumplieron con su deber. Es lo que el marxismo nunca les ha perdonado.
Hay que decirlo sin lugar a ningún a duda: Fueron los comunistas y sus aliados los responsables de lo que sucedió en 1973 y de que se haya tenido que recurrir a las armas para impedir la destrucción del país . Ellos son también por lo tanto los primeros y principales responsables de las consecuencias que entonces se produjeron.
Después, juzguemos a otros.
Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm