Gonzalo Ibáñez Santamaría


Mediante una declaración escrita y leída ante las cámaras, el ex presidente de la República Eduardo Frei Ruiz Tagle anunció su decisión de votar Rechazo en el próximo plebiscito del 4 de septiembre. Es, sin duda, una decisión muy destacada tanto por su condición de ex presidente de la República como por su pertenencia al partido Democracia Cristiana que, el día anterior, había anunciado su decisión oficial de apoyar la opción Apruebo.

Obrando así, Frei Ruiz Tagle no hace sino sumarse a una ya larga lista de miembros de ese partido que han decidido no obedecer la orden de aprobar y sumarse, en cambio, al Rechazo. Los argumentos son similares: las disposiciones del proyecto constitucional, entre otras fallas, comprometen la paz, el desarrollo y la prosperidad de nuestro país; el sistema político que proponen es poco equilibrado; hay un enorme riesgo de entregar la justicia en manos de los vaivenes políticos, y de dejar la unidad del país muy debilitada por las disposiciones acerca de la regionalización y la plurinacionalidad.

Son muy válidas estas razones y, sin duda, servirán para aclarar las dudas que aún algunos mantienen para votar Rechazo. Pero, no puede dejar de llamar la atención la ausencia de otras razones que para un político que se auto titula como cristiano no pueden dejar de ser fundamentales. Por ejemplo, la autorización que ese proyecto da para que las leyes puedan permitir la práctica indiscriminada del crimen de los seres humanos en su etapa de vida intrauterina. O que incentiva la destrucción de la vida familiar construida sobre la base del matrimonio de por vida entre un varón y una mujer; o que autoriza al Estado a practicar una intromisión abusiva en la educación de los hijos, etc.

También llama la atención el elogio que este Frei hace de algunas de las disposiciones del proyecto constitucional. “En lo económico, respaldo el fin del Estado subsidiario. . . y, por eso, “apoyo el tránsito hacia un Estado Social y Democrático de derechos. . .”. Es curiosa esta afirmación cuando, al ejercer el poder, Frei, tanto como Lagos, no tuvo ningún inconveniente en aceptar el estado subsidiario y en hacer de él la base de los éxitos que su gestión puede exhibir. También, tanto como la de Lagos. El estado subsidiario se define por la preferencia de que sea la iniciativa privada, sobre todo en el campo económico, la que juegue un papel fundamental correspondiéndole al estado generar las condiciones para que ella sea exitosa. Esta fue la clave del avance del país durante los últimos 45 años, por lo que la proposición de cambiarla por un regreso al estado socialista de antaño, aunque sea bajo un nuevo nombre, no puede sino generar muchos temores acerca del futuro del país.

En fin, sea lo que fuere, la noticia que da Frei de sumarse a la cruzada por el Rechazo es muy valiosa y ella proporciona nuevos ánimos para seguir sin descanso en este combate hasta el triunfo final el 4 de septiembre próximo.

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm

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