Gonzalo Ibáñez Santamaría


Hoy iniciamos un nuevo mes de septiembre. Es el mes en que comienza tímidamente la primavera, con todo lo que significa en belleza, optimismo, renovación de la vida… Pero, también es el mes en que recordamos hitos importantes de nuestra historia nacional, tanto que lo denominamos el Mes de la Patria. Sin duda, el más importante fue el que ocurrió el 18 de septiembre de 1810, día en que dimos el primer paso en el proceso de independencia de nuestra patria. Fue el día en que comenzamos a ser la República de Chile.

En ese día no comenzó nuestra historia, pero fue entonces que ella dio un giro fundamental. De ser gobernados desde la metrópoli española, iniciamos el proceso para dotarnos de independencia y, por lo tanto, de gobierno generado entre nosotros mismos. Pero, lo que entonces adquirió independencia fue lo que se había formado en los 270 años anteriores con el aporte de pueblos que ya habitaban nuestro territorio y el de españoles muy arriesgados que lo dejaron todo para venir a aventurarse en estas tierras. Vaya para ellos, nuestro agradecimiento: somos los continuadores de lo que, con tanto esfuerzo, ellos comenzaron a formar.

Por lo mismo, hemos de reconocer que, al asumir la independencia, asumimos junto a ella una responsabilidad mayor por la suerte de aquello que tomábamos en nuestras manos. Esa ha sido nuestra historia posterior, la de cómo hemos enfrentado esa enorme responsabilidad. El balance es positivo, pero el camino para llegar a él ha sido muy variado, con episodios unos mejores que otros, algunos ciertamente muy malos. En el siglo XIX obtuvimos resonantes triunfos militares, pero lo terminamos con una guerra civil. Poco después, comenzó una etapa de confrontaciones sociales atizadas por muy malos resultados económicos. Pasaban los años y la situación no mejoraba.

Fue la ocasión para que la demagogia y la ideología de la lucha de clases fueran penetrando el país, hasta hasta provocar un franco enfrentamiento entre los chilenos. El país llegó al punto casi de desfallecer y de que nos viéramos envueltos en una guerra fratricida. Sólo la intervención de nuestras Fuerzas Armadas y de Orden el 11 de septiembre de 1973 salvó a Chile y a los chilenos. Se inició entonces una etapa de recuperación del país que nos llevó a ubicarnos a la cabeza del continente y que produjo un notorio mejoramiento de la calidad de vida de todos los chilenos.

Hoy, parece que esa etapa llega a su término, porque nuevamente los chilenos nos encontramos en una etapa de mucho enfrentamiento y aun de violencia en nuestras relaciones. Hay quienes, haciendo tabla rasa de quinientos años de historia, quieren refundar el país y partir de cero; eliminar nuestros símbolos patrios y, aun, seccionar al país. Los más pobres y vulnerables de entre nosotros son los que pagan la cuenta de estas aventuras ideológicas.

Haciendo frente a esas aventuras, el mes de septiembre nos llama una vez más a asumir nuestras responsabilidades para evitar la destrucción de nuestra patria. Oigamos su voz, el eco de nuestra historia.

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm

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