Gonzalo Ibáñez Santamaría
Hace unos días, interrogado José Miguel Insulza acerca de la creciente popularidad de la diputada Pamela Jiles, que la proyecta como una eventual candidata a la presidencia de la República, él se apresuró a declarar “Yo no voy a tener relación con una lista que esté encabezada por Pamela Jiles, que quede claro”. Sucede que, en noviembre pasado, el mismo Insulza había criticado con mucha razón a la Jiles diciendo “yo creo que ella es una clara muestra de una forma de populismo que hoy día existe en el mundo, que a veces tiene rasgos de izquierda, otras veces adquiere rasgos de derecha, pero finalmente es el populismo, el facilismo, que cree que el dinero está en todas partes y que nunca se agota y por lo tanto lo que hay que hacer es hacer toda la demagogia posible”. A lo cual la diputada inmediatamente replicó: “Lo que es seguro senador, es que. . . .he hecho más por mi pueblo en un año que tú en toda tu vida. Así que cámbiate los pañales y aprende”. Lo cual, por cierto, no fue del agrado del ahora senador.
Como se recordará, él fue el ministro todopoderoso de Ricardo Lagos. Con él formó una dupla que dirigió el gobierno que más énfasis hizo en aplicar el modelo heredado del gobierno militar. Tuvieron mucho éxito y la consecuencia fue un enorme progreso para el país. Pero, nunca fueron capaces de reconocer el origen de ese modelo ni, menos, de agradecerlo, sino que obraron siempre como si ellos lo hubieran inventado.
Aún más curioso: nunca renunciaron al pasado allendista de ambos. En la teoría, glorificaban a Allende; en la práctica, hacían exactamente lo contrario a lo que este había predicado y practicado durante los tres años en que estuvo en el poder. Esa inconsecuencia no podía sostenerse. El hecho de levantar un monumento a Allende, por una parte, y condenar al gobierno militar, por otra, no es compatible con practicar lo que hizo este último y así mostrar que se rechaza lo que hizo el primero. Aunque se proceda ocultamente.
Esa cuenta es la que ahora está pagando Insulza, porque tanta alabanza a Allende y tanto repudio al gobierno militar, al final, ha provocado que mucha gente, especialmente joven, quiera volver a lo que fue el régimen marxista 1970-73 y comience por lo tanto, por abominar del “modelo” y repudie a los que lo sostuvieron y lo aplicaron, Lagos e Insulza a la cabeza. De ese repudio se hace eco Pamela Jiles.
No se puede servir a dos señores, nos enseña el Evangelio. Tarde lo ha aprendido Insulza, pero aún le queda tiempo para practicarlo y elegir en cuál vereda se queda. A ver si se la puede.
Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm/
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