Gonzalo Ibáñez Santamaría


Para el día 11 de abril próximo, en tres semanas, más, todo Chile está convocado a participar en 4 elecciones: alcaldes, concejales, gobernadores y constituyentes. Un acto completamente inédito. Se calcula que cada votante demorará en la cámara de votación ocho minutos en vez del minuto y medio que demora en las elecciones normales. Habrá cedulas que serán verdaderas sábanas repletas de nombres de candidatos que obligarán a los votantes a un trabajo extra para encontrar el nombre de aquel al cual quiere sumar su voto.

Desde luego ese factor puede desincentivar a mucha gente a concurrir a votar. Pero ese desincentivo va a ser sin duda mayor por el hecho de votar en medio de esta pandemia cuya segunda ola nos golpea de manera mucho más dura que la primera. Lo cual es tanto más grave cuanto que en una de esas votaciones hemos de elegir quienes procederán a la redacción de una nueva constitución. Casi todo el país ha sido declarado en cuarentena lo que pone un inmenso signo de interrogación acerca de la posibilidad de ir a votar. Sería incomprensible que en tan poco tiempo más ese estado se levante nada más que para permitir el sufragio. O es un error declarar la cuarentena o es un error levantarla para que se concurra a los locales de votación. Sobre todo, si se piensa que, si logra convencer a la gente de ir a votar, las aglomeraciones de personas serán considerables. Un motor para la expansión de la pandemia.

En estas circunstancias, es jugar con fuego mantener la fecha de estas elecciones. La vacunación masiva es precaución para el futuro, porque para nada se habrán alcanzado el 11 de abril los números mínimos de personas inmunes que implican una muralla a la expansión del virus. No es lo mismo estar vacunado que estar inmune. Para esto, desde luego, se requiere la doble vacuna y el transcurso de un tiempo, tres semanas después de la segunda, para que ella comience a surtir efecto. Para que en esta situación se encuentre al menos el 70% de la población faltan aún varios meses. Entretanto, puede sobrevenir una tercera ola aún más potente que las anteriores.

Así como están las cosas, es una temeridad manifiesta mantener vigente la convocatoria de las elecciones el próximo 11 de abril. Los invito a ver la entrevista que, al respecto, pude hacer al ex ministro de salud Jaime Mañalich ayer jueves 25/3 en esta página (https://fb.watch/4tyDoTY1o7/). En ella, él se explaya largamente sobre la situación actual de la pandemia y los riesgos que le provoca a nuestro país y a nosotros sus habitantes. Claramente, la opción de postergar esas elecciones para varios meses más parece ser la más prudente. Hasta que las vacunas hayan demostrado sus efectos y se haya contenido la pandemia.

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm/

.