Gonzalo Ibáñez Santamaría


 

El ministro Jaime Mañalich en una entrevista reconoció que para él había sido una sorpresa la situación de hacinamiento en que vivían sectores importantes de la población de Santiago y que esa situación había complicado y complicaba aún el combate contra el corona virus. Eso bastó para que desde la oposición nuevamente se descargaran contra él los peores epítetos y se exigiera, una vez más, su renuncia, por no haber conocido esa realidad y como si él fuera el culpable de ese hacinamiento.

Pero un ministro de salud debe conocer el estado de los servicios de salud en el país, y no necesariamente otro tipo de realidades. Si se ha visto en la necesidad de apreciar otros aspectos ha sido por la urgencia de combatir con éxito la pandemia. Es entonces que hace notar, con toda franqueza, esta situación de hacinamiento en que se encuentra parte de la población de Santiago, lo que ha constituido un incentivo para la progresión de esa pandemia. Es muy loable que lo haga, porque así ese hacinamiento se tendrá en cuenta en este combate. Es simplemente una muestra de realismo.

Pero la reacción de la oposición siendo mezquina de por sí, lo es más porque desde luego todo lo encuentra malo e ignora cuánto se ha hecho ya para socorrer a los que más sufren por la pandemia. No olvidemos que fue esa oposición la que estuvo detrás apoyando con entusiasmo toda la labor destructora de las bandas de violentistas que asolaron el país a partir del 18 de octubre pasado. Esa violencia fue la causa de que el país se debilitara enormemente y disminuyera de manera muy importante su capacidad de respuesta a una emergencia como la que vivimos. Recordemos que por esa violencia se perdieron 300.000 empleos. Sin embargo, la oposición ahora se lava las manos.

Además, cabe señalar que entre 1975 y 2010 el país aplicó una política económica que le permitió crecer con velocidad hasta llegar a ser el país del continente más exitoso en esta tarea. La pobreza se redujo sustantivamente y muchos bienes, antes reservados a una minoría, se pusieron al alcance de grandes mayorías. Sin embargo, durante estos últimos diez años esa política ha recibido innumerables ataques y modificaciones que han reducido de manera apreciable su eficacia, razón por la cual el país ha entrado en un progresivo estancamiento. Si el país regresa a niveles de estancamiento, vulnerabilidad y hacinamiento que creíamos definitivamente superados es precisamente porque esas trasnochadas recetas socialistas, que la oposición preconiza, vuelven a ponerse sobre la mesa y a recibir aplicación.

Para que la oposición no lo olvide.

 Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm/

.