Por Enrique Subercaseaux


En mi artículo anterior, subrayé la importancia de la visita de Trump a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

Repasemos:

1.- Les da un espaldarazo a los combustibles fósiles por sobre las energías renovables.

2.- Le da un espaldarazo al desarrollo local en contraposición a formulas “impuestas desde fuera”.

3.- Activa la Inteligencia artificial (su desarrollo y aplicación) como fuente generadora de riqueza y una manera de acelerar procesos y distribuir la riqueza de una manera mas homogénea. Se acuño la ecuación “energía+inteligencia artificial = creación de riqueza y bienestar”.

  1. Eleva el status de Arabia Saudita en la región, para seguir buscando la paz, y de la mano de ella, el desarrollo y la prosperidad.

 

Lo primero que hay que apuntar es que Arabia Saudita y el área de la península arábiga se han desarrollado a gran velocidad, producto de una fuerte inyección de capitales y una atracción de los mejores talentos del globo.

Hoy, los Emiratos Árabes son el tercer productor del mundo de Inteligencia artificial, después de Estados Unidos y China.

El reto para Chile es como embarcarse en este circulo virtuoso. Desde luego, siempre son posibles los contactos directos y las asociaciones a distancia. El Internet juega un rol fundamental en la ecuación de conectividad.

Simultáneamente, hay que reconocer que la Inteligencia Artificial ya esta en Chile y esta siendo aplicada a una serie de procesos productivos e industriales.  Sus soluciones se pueden adaptar a las necesidades del proyecto.  Este es el camino a seguir, y dar un paso adicional en el desarrollo de políticas públicas:  esta herramienta es (o puede llegar a ser según se programe) ideológicamente neutra, ahorrando al país, y nuestros legisladores (y clase política) muchas horas de discusiones bizantinas.

Solo imaginar lo que podría hacer la IA en áreas como el diseño de un modelo energético, la ley de pesca y su variable la ley lafquenche.  Programas de educación, agricultura, salud y un largo etcétera.

Evitaría discusiones desgastantes y aplicaría la energía creativa de los distintos funcionarios en encontrar soluciones reales a los problemas que aquejan a la gente y a Chile.

Daría la posibilidad de que la gente trabaje en lo que verdaderamente importa. Una administración eficiente y virtuosa del tiempo, el bien más escaso.

En fin, utilizar este trampolín tecnológico nos permitirá recuperar lo perdido y avanzar ganando valiosos espacios.  Así lo hicieron los países del Asia, partiendo por Japón y bajando al sudeste asiático.  El tiempo era un lujo que no tenían. Por lo tanto, hicieron acopio de una serie de principios y programas económicos que les permitió salir del círculo de destrucción y pobreza en el cual quedaron sumidos.

Esta unidad de criterios, para ir en pos de un objetivo común, a nivel país, a nivel región o a nivel ciudad, es lo que se necesita para aprovechar y conseguir un impulso definitivo.  Ojo, que esto está siempre presente cuando Chile sufre alguna catástrofe: las fuerzas se potencian y la sociedad civil se moviliza.

Algo similar será necesario cristalizar para el próximo gobierno: no solo trabajar en la estructura misma del Estado: achicar, reformar, cambiar la carga impositiva, sino que inspirar, mediante un nuevo escenario-país más favorable, una acción mancomunada para sacar a Chile adelante.

La energía y la inteligencia artificial son herramientas clave.

Es posible, dadas las dimensiones de Chile y escenarios muy variables, que estas políticas puedan ser masificadas en una región. Y así inspirar a la acción al resto de Chile vía ejemplos destacados.

Hay que poner en valor nuestra gente: con el esfuerzo de muchos se podrá construir las soluciones para todos.  Recordemos siempre la ecuación virtuosa: Energia+Inteligencia= nueva riqueza.

Depende de nosotros el futuro de Chile. Depende de la sumatoria de los esfuerzos individuales. Se debe apalancar la creatividad con herramientas que multipliquen el esfuerzo horas/hombre.

Así las cosas, saldremos todos juntos adelante, en forma más rápida y más segura.  Basta ver a nuestro alrededor lo que se ha logrado con este circulo virtuoso, no solo en los países del Golfo Pérsico, sino también en países tan disimiles como Singapur, Corea del Sur, Japón, Rwanda, Estonia, El Salvador y varios otros.  Al final, el gran freno global en la última época han sido las ideologías. Evidentemente las nuevas tecnologías de inteligencia las neutralizan, ganando en tracción las soluciones oportunas, eficientes y más participativas.

.