Cristián Labbé Galilea
En estos días las conversaciones se apartaron de ese poco optimismo que se respira en el mundo de los negocios y de los servicios, para concentrase en los cambios que estaba experimentando la actividad económica en nuestros país.
Alguien llamó la atención sobre la cantidad de empresas y personas que están trabajando en lo que se llama “la última milla”, en referencia a los servicios de reparto, y sobre la proliferación de emprendimientos individuales como Uber y otras aplicaciones por el estilo.
Sobraron los ejemplos. Encabezó la lista las transacciones por internet y el “e-commerce”. Muy impresionado, uno de los más antiguos comensales espetó con algo de humor negro: “hoy todo se consigue tan solo con un “click”, y además te lo van a dejar a la casa… incluso las bombas”.
Es cierto, en pocas generaciones pasamos: del emporio -el conocido “almacén de la esquina” donde se compraba fiado, donde la palabra y “la libreta” valían lo mismo- al mundo frío e impersonal donde nos hemos convertido en un número, una clave o un “login” y, donde todo se hace y se deshace con un simple “Clic”.
Sin duda los cambios han sido positivos, pero no se puede negar que algunas conductas asociadas a “ese viejo estilo de vida” se han perdido… Por ejemplo, la consecuencia, sí… la consecuencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. Hoy “no es pecado” negar lo dicho o renegar del pasado en beneficio de algún futuro prometedor; basta un “Click” políticamente correcto y ya está, “aquí no ha pasado nada” y no hay “penitencia” por lo obrado o sostenido en el pasado.
Si en algún momento una alta autoridad dijo que el Museo de la Memoria era “un vulgar montaje”, hoy basta un simple “Click” político para sostener que esos dichos están sacados de contexto, y que nunca se quiso decir algo parecido.
Si para seguir siendo ministro, después de rendir homenaje a un terrorista (el Comandante Pepe) y declarar monumento nacional el lugar donde se incubó la violencia guerrillera en la década de los 70 (Neltume), sólo basta con darle un “Click” político a la idea que esa decisión era del gobierno anterior.
Sobraron los ejemplos de personajes del mundo público y privado, de uno y otro bando, que sin ningún escrúpulo, con un simple “Click” han borrado lo que guarda relación con su adhesión, apoyo y participación en lo sucedido en nuestro país, en la década del 70 y siguientes.
Cuando comentábamos que el “darse vuelta la chaqueta” se había transformado en una práctica frecuente, el mismo contertulio que había hecho referencia al almacén de la esquina, saltó diciendo…. “Perdónenme ustedes, pero si hay alguien que constituye un ejemplo de valor, honradez, consecuencia y lealtad… ese es Hermógenes Pérez de Arce, que acaba de presentar su último libro ’Miserias Morales de la Chilenidad Actual’, donde da cuenta con detalles y pruebas de lo que están diciendo…”.
Todo terminó como si hubiéramos hecho “Click”…. ¡brotaron los aplausos!
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