Cristián Labbé Galilea
Cuando el gobierno celebra su primer año, esta pluma recuerda a sus leales parroquianos las encendidas palabras de Allende en el estadio Nacional: “Pueblo... Pueblo de Chile...: hace un año, en este mismo y amplio estadio dije que el pueblo había dicho: «Venceremos», y vencimos... Hoy puedo decir, con legítimo orgullo de compañero Presidente, que es cierto también lo que expresara: «Vamos a cumplir»” … (sic).
Sin embargo, antes de dos años de haber prometido, en ese mismo discurso, la llegada del “hombre nuevo”, del Estado Popular, y de una economía planificada, todo quedó sólo en buenas -más bien malas- intenciones. En septiembre del 73 el país era un caos total. Fue entonces cuando las instituciones republicanas, y “ese pueblo”, reaccionaron en defensa de la democracia, la libertad y el Estado de Derecho.
Si bien eran otros tiempos, plena guerra fría, hay que considerar que Allende, con una larga trayectoria política, con un equipo de personas preparadas y convencidas, además de una imagen internacional sostenida por el comunismo internacional, fue capaz de destruir el ordenamiento institucional vigente.
Asumido lo anterior, es lógico que cualquier persona más o menos ilustrada y responsable se pregunte: adónde nos podrían llevar el actual mandatario y sus adláteres, en su mayoría inexpertos e ignorantes, sin los mínimos requisitos -sobre la forma y fondo- requeridos para ejercer el gobierno de un país como el nuestro, de una larga trayectoria republicana.
Alguien podría sostener que ambas situaciones no son comparables porque “la historia no se repite…”, pero esta sagaz pluma advierte: ¡cuidado!, la misma cita, recordémoslo, insinúa que, “si bien la historia nunca se repite… lo cierto es que muchas veces rima”.
Por lo mismo, las actuales circunstancias exigen que, quienes tienen responsabilidades político-institucionales (léase Sociedad Política y Civil, FF. AA, Iglesias, gremios, sindicatos, universidades, Centros de pensamiento…), presten mucha atención a “los ecos de la historia del siglo XX”, y se anticipen a los hechos para evitar que se repitan las dramáticas circunstancias del pasado.
La amenaza es real porque, bajo una actitud hipócrita, revestida y tapizada como simples desaciertos, errores o tropiezos políticos, propios de un periodo de instalación y aprendizaje, la izquierda radical avanza… “sin prisa pero sin pausa” en sus propósitos refundacionales.
Es urgente que la oposición abandone esa actitud plácida, ingenua y cándida que ha caracterizado su actuar en el último tiempo, incluso después del categórico triunfo del 4S, cuando se rechazó todo intento refundacional fijando las prioridades en soluciones reales a los problemas de… violencia, narcoterrorismo, migraciones, pobreza, desempleo, educación, salud…
Por último, para el país es importante asumir que, luego de un año de un gobierno cuyo referente es Allende, las circunstancias nos están advirtiendo, 50 años después, sobre la posibilidad de una “rima histórica”, y que nada se gana encubriendo la realidad, porque… la historia tiene su verdad: “no hay forma de esconderla detrás de una hoja de parra”.
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