Cristián Labbé Galilea


En tiempos difíciles cobran vigor las mentes optimistas, aquellas que no se dejan arrastrar por el pesimismo, todo lo contrario, se esfuerzan para lograr que el ambiente mejore.

Lamentablemente, en el mundo político y particularmente en los sectores que se identifican con la Sociedad Libre (léase Derecha y afines), no faltan quienes “dan al traste” con esta inclinación, asumiendo conductas autodestructivas.

Cuesta comprender por qué razón aparecen estos “kamikazes de la política” precisamente cuando la situación pareciera que tiende a mejorar. ¿Cómo se explica que se tengan tan poca confianza, renuncien a sus valores y principios, y sean capaces de promover torcidos caminos?

¡Inexplicable! Cuando el Gobierno y la Convención van “amarraditos… cuesta abajo en la rodada”, aparece de la nada y sin ninguna lógica la proposición de generar “una tercera vía” en el plebiscito de salida…

Una vez más, la vieja practica de la derecha de “pegarse un tiro en el pie” para evitar, por cobardía, inseguridad o duda, ser parte de “una gran cruzada”, dejando que sus “feligreses” se las arreglen como puedan.

Todo indica que el Rechazo va viento en popa. Cada vez son más “personajes” y gente común, “gente del pueblo”, los que se cuestionan el trabajo de la Convención y lo que de él está resultando… un mamarracho, una birria. Por lo mismo, de nada servirán los sahumerios, las brujerías y las prácticas esotéricas para que gane el Apruebo. Será “la Razón” la que se impondrá por sobre los ritos y los hechizos que buscan llevar al país a épocas pretéritas.

Al gobierno, a estas alturas, nada de lo que hace le servirá: la prolífica presencia del Presidente en los medios de comunicación, sus inorgánicas iniciativas y proyectos, sus sorpresivos y poco relevantes viajes a regiones, sus irreverentes manos en los bolsillos, no cambiarán la percepción de su gestión. Ni hablar de su Gabinete…

El Apruebo, la Convención y el Gobierno, van en “la misma chalupa” directamente al naufragio. Por lo mismo, resulta incomprensible que, cuando se tiene la oportunidad de evitar que se tiren por la borda 200 años de vida republicana, aparezcan los “inspirados” de siempre proponiendo “salvavidas de plomo”, que sólo conseguirán enviar el Rechazo a pique.

Queda poco tiempo y las opciones son: Apruebo o Rechazo. ¡No hay más!

No hay espacio para experimentos ni para: aventuras personales, protagonismos artificiales o liderazgos febles que sólo desorientan a los electores y causan un daño irreparable en la esperanza de millones de personas cuya calidad de vida, libertad y felicidad, dependen de momentos como estos.

Hoy, más que nunca, hay que ser claros y optimistas… hay que evitar a aquellos que, por tratar de figurar, se dispararán en un pie, luego en el otro, y así hasta producir el “suicidio político” del sector.

Concluyamos que ¡El Rechazo está más vivo que nunca!, y que es la gran opción para consolidar nuestras ideas y nuestro legado de estabilidad, paz y democracia a las futuras generaciones…

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