Cristián Labbé Galilea


No es extraño que, en los primeros días de cualquier gobierno, se produzcan chascarros, errores, traspiés y descoordinaciones, o que la prensa sobreestime los “guiños” de las nuevas autoridades y minimice los “pecados de forma” que cometen, especialmente si quienes “asumen” lo hacen sin experiencia en “el difícil arte de gobernar”.

En Honor a la verdad… ¡Errare humanum est!... pero esta pluma recuerda lo dicho por Cicerón: ¡Sólo el ignorante persevera en el error!

Se argumentará que los tiempos han cambiado, que la corbata está obsoleta, que la autenticidad permite licencias en el vestir y ciertos yerros políticos… Está bien, asumiremos esas explicaciones con ánimo positivo, pero no podemos dejar de señalar que ello tiene un trasfondo que va más allá de la mera forma.

La dejadez en el vestir y la “ausencia de talante” en las ceremonias -políticas y militares- no sólo dan cuenta de un relajo formal de la primera autoridad, sino que, en el fondo, representan un desafío a los ritos y a las formalidades que dan sentido a las instituciones republicanas.

Han sido dos semanas de muchas señales, la lista es larga, y la percepción de la prensa, politólogos, analistas, RR.SS y opinión pública se ha concentrado en los temas formales, pero poco o nada se ha dicho sobre la falta de capacidad demostrada por el gobierno para dirigir los destinos de la nación.

En “menos de un suspiro” ha quedado en evidencia que “aquí no manda nadie”. La Ministro de Interior declara “hay presos políticos”, y su subsecretario dice “no hay presos políticos”; el gobierno pone suma urgencias a la ley de indultos para los violentistas, y partidos de su coalición reclaman haber sido ignorados; el gobierno dice “no al 5to retiro”, y sus correligionarios aprueban la iniciativa…. Suma y sigue; la pregunta lógica es… ¿Quién manda aquí?

Si el presidente cambió su postura, porque ahora está “con la guitarra en la mano” -siempre votó a favor de los retiros-, es respetable, es el realismo politico que da cuenta de una inconsistencia, pero lo alarmante es que sus propios secuaces le den vuelta la espalda y promuevan el 5to retiro.

En menos de que “cante un gallo”, ha quedado demostrada la incapacidad y la falta de liderazgo del Presidente y sus ministros para ordenar las filas oficiales… ¡Incierto porvenir nos espera!

En la oposición las cosas no son muy diferentes: existe manifiesta ausencia de visión estratégica y de lealtad a los valores de la Sociedad Libre, (libertad, seguridad, orden, justicia justa, propiedad, estado de derecho, bienestar social y económico…). En suma, la oposición vive también un “gatuperio interno”, producto de una carencia de liderazgos claros y renovados…

Mala cosa… Si a la insuficiente capacidad de las nuevas autoridades para gobernar el país le aditamos una oposición sin norte, que no sabe a dónde va… qué duda cabe que estamos a la deriva…. Y es válido preguntarse … ¿Dónde está el piloto? (tanto del gobierno como de la oposición).

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