Cristián Labbé Galilea
Al momento de leer estas líneas mis aventajados contertulios debieran asumir que la situación que vive el país es, por decir lo menos… ¡preocupante!… En la Presidencia de la República se habrá instalado un novel e impredecible personaje; a nivel nacional, regional y sectorial, irán apareciendo autoridades “variopintas”… Lo que por meses ha sido tema de conversación y de especulaciones… irá tomando forma e irá develando un incierto presente y un futuro nada de claro.
Poco a poco se despejará la duda de si la moderación y las conductas evasiva del actual mandatario eran auténticas, o se trataba de una actitud destinada a distraer las preocupaciones que, en buena parte de la opinión pública, genera su gobierno dada la orientación y el compromiso con la izquierda más disruptiva y radical.
Algo parecido ocurre en general con las nuevas autoridades, las que, por ser poco conocidas y de escasa experiencia en funciones de gobierno, son un verdadero misterio. No es de extrañar que nos sorprendan… y no en un sentido positivo.
Difícilmente podrán desligarse de su pasado marcado por el activismo y el desafío al orden establecido…
Despejar dichas interrogantes tomará tiempo, pero hay situaciones en las cuales el nuevo gobierno deberá mostrar sus cartas a muy poco andar. La situación en la Araucanía y la Macrozona sur, la descontrolada inmigración en el norte, la violencia e inseguridad en todo el territorio, el control del orden y del Estado de Derecho… al ser temas que no pueden esperar, darán cuenta de “cuanto calzan” las nuevas autoridades.
Otro aspecto que marcará el rumbo que seguirán los acontecimientos políticos será la relación del nuevo gobierno con la Convención Constitucional, especialmente después de que se han ido conociendo los acuerdos alcanzados por las comisiones y el Plenario, las que denotan un “paranoico espíritu refundacional”… y no el ánimo de cumplir con el mandato de proponer una nueva Constitución.
El gobierno tendrá que definir hasta dónde involucrarse y “prestarle ropa” a la Constituyente sin que termine arrastrado a una derrota, toda vez que cada día son más (de todos los sectores: amarillos, morados… y otros) los que han expresado que, así como van las cosas, votarán… Rechazo.
En suma, estamos ante una situación de mucha incertidumbre y de insospechadas consecuencias… Esa es nuestra realidad… por lo mismo, debemos: rechazar el “monstruo” que crece al interior de la Constituyente; rechazar extender el plazo para proponer una nueva constitución (4 Julio) y rechazar cualquier propuesta que salga de “las cocinas de mañosos políticos”.
Al aceptar la cruda realidad, estaremos dando un signo de fortaleza y de no estar dispuestos a renunciar o a resignarse, ni menos a “dejar que las cosas pasen”. ¡Siempre se puede hacer algo…! Hay que ser optimistas; quienes creemos en los valores de la Sociedad Libre tenemos un solo camino… enfrentar la cruda realidad con una actitud firme, clara y decidida: “las fortalezas se construyen superando el miedo, la resignación y la indiferencia” (José Saramago).
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