Cristián Labbé Galilea


No sé si dan ganas… ¿de llorar o reír? Los chilenos siempre nos hemos jactado de tener un carácter especial, algo de linces y de avispados, patrioteros hasta la medula... ¡Qué pena! Ahora, permanecemos impávidos al ver quemar la bandera, agraviar los ritos republicanos y al comprobar que quieren transformarnos en un Estado plurinacional…

Pocas ganas de reír dan cuando confirmamos lo poco que se puede esperar de la Convención Constituyente. Más que grotesco y risible, su desempeño es vergonzoso: son tan febles sus liderazgos, tan evidentes sus fraccionamientos, tan mezquinas sus preocupaciones… que, dado el desprestigio que la rodea, vale preguntar… ¿En qué va a terminar?

Lo que sí se sabe es que las elecciones presidenciales son las que están concentrando la atención, de políticos, instituciones, empresarios… y por supuesto del ciudadano común, quienes ven un panorama incierto, confuso y, por decir lo menos, “borrascoso”

Ello porque los candidatos en carrera no quieren “mostrar todas sus cartas”; prefieren identificarse con un “progresismo moderno e independiente”. Nadie es “francamente” de izquierda o de derecha… todos pertenecen a un “centro difuso” …

Por lo mismo, cuando algún parroquiano opina, lo hace desde juicios emocionales y no desde convicciones políticas… “Este es muy joven” …, “Ella podría llegar a ser más peligrosa” …, “Este es converso, viene de vuelta” …, “De esos candidatos chicos, no hacemos ni uno” ..., ¡Ah…!  ¿Y ese otro?... “No, no tiene grandes posibilidades…debiera hacerse a un lado”

Es el mundo de la posverdad… Es la razón y la lógica que se rinden a la emoción…

Comprendido lo anterior, surge la oportunidad de “salirse de la burbuja” que tiene a la política desvinculada de la realidad, permitiendo que, “paso a paso”, los electores sean capturados por ambiguos mensajes y engañosas utopías…

Ahora y no después, es el tiempo de quienes creen en la Sociedad de la Libertad… y que, más que estar preocupados de ganar una elección, están convencidos que hay que “predicar y revelar” las ideas de la Libertad… Es la sociedad de la libertad versus la sociedad de las restricciones, es la liberación versus la prohibición.

El gran desafío es comunicar en forma eficiente, efectiva y principalmente atractiva, los efectos restrictivos que afectarán la vida de todo parroquiano -sea éste hombre, mujer, joven o adulto, profesional o empleado-, si se impone ese progresismo de izquierda que, donde ha llegado, ha transformado una sociedad de libertades en una de regulaciones… de la cual no se sale fácilmente.

En suma, el tema en estos momentos no es de derechas o de izquierdas, de ganar o perder; es de construir una base sólida para los próximos años… Hay que “meter en cintura” al parroquiano sensato y convencerlo que lo que está en juego es la libertad… Y a los que sueñan con falsas utopías hay que advertirles que despertarán, y “se caerán de la cama” en la que han esperado cómodamente “tiempos mejores” o deliraron con “la alegría que venía”.

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