Cristián Labbé Galilea
Dudo que exista en el mundo un traspaso de poder, desde un gobierno militar a uno politico, como fue la entrega de la Presidencia de la Republica en marzo de 1990, oportunidad en que el General Pinochet le transfirió la primera magistratura a Patricio Aylwin quien, encabezando la oposición política a su gobierno, había ganado las elecciones de 1989.
Analistas de todas las tendencias reconocen en esa jornada un acto ejemplar, no sólo por su ceremonial republicano, sino especialmente por su formalidad, transparencia y sobriedad, todos elementos que daban cuenta de que los militares chilenos estaban cumpliendo el compromiso asumido décadas atrás, cuando el país estaba al borde de una guerra civil.
Era el final de una larga historia, con muchos altibajos y con variados protagonistas, pero claramente era el testimonio de una “Misión Cumplida” y “bien cumplida”.
Ha partido uno de los actores relevantes, no solo en la entrega del gobierno donde le correspondió un papel notable, sino de la obra completa del gobierno militar… el General Jorge Ballerino Sandford (Q.E.P.D.) quien ha pasado a integrar las filas de los batallones del ayer.
Al recorrer su hoja de servicios se puede identificar nítidamente la vida de un soldado ejemplar, de un militar que encarnó en todas sus acciones los valores propios de las más nobles tradiciones institucionales.
El teniente, el capitán, el comandante o el General Ballerino siempre se desempeñó como un profesional integro, virtuoso y honesto, entregándose en cuerpo y alma a servir donde el deber lo pusiera. Sin ruido ni aspavientos estuvo en los momentos más importantes del Gobierno Militar y acompañó lealmente al Presidente Pinochet en las situaciones más complejas, donde aportó prudencia, sabiduría y decisión…
Es mucha la tinta que se necesita para dejar justa constancia en “su bitácora” de aquellas actuaciones donde su “visión politico-estratégica” fue determinante en el andar de la contingencia política. Una de esas actuaciones fue su desempeño como Ministro Secretario General de la Presidencia (88 – 90), cargo desde donde apoyó al Presidente Pinochet en los últimos años de su Gobierno.
Poco se ha dicho sobre el papel jugado por Ballerino en la entrega del mando en 1990. Su participación en esas fechas fue clave, mandatado por el Presidente Pinochet, unió fuerzas con el último Gabinete presidido por Carlos Cáceres y apoyó con decisión a la comisión encargada de coordinar, con el equipo del Presidente Electo Patricio Aylwin, la entrega del Gobierno, la que fue todo un éxito.
Mucho se le debe a tan noble soldado y por eso esta pluma comparte con sus contertulios estas reflexiones en la esperanza de sumar algunas líneas a las páginas que la historia, menos mezquina que los hombres, le dedicará al General Jorge Ballerino Sandford (Q.E.P.D.)
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