Cristián Labbé Galilea
Inicié mi tertulia tarareando… /El mundo está cambiando/ y cambiara más/… muchos de luchar están cansados/ y no creen más en nada/… /y la lluvia caerá…/. Los asistentes reconocieron fácilmente la canción de los ´70 de “Los Iracundos” y, antes de que reaccionaran, llamé la atención sobre la necesidad de asumir que vivíamos momentos de gran trascendencia… ni más ni menos que un “cambio de era”.
El resultado de las elecciones en Estados Unidos nos da una pauta de cómo será esa nueva era a nivel mundial y nos advierte que con el tiempo estos hechos serán reconocidos como determinantes en la historia política. En el mismo sentido, pero mirada la contingencia desde una dimensión nacional, lo que aquí ocurre nos presagia tiempos convulsos, de privaciones, de inestabilidad y de polarizaciones, como pocas veces ha vivido nuestro país.
Pero vamos por partes… el triunfo de Biden “en nuestra tesis” debiera ser visto como una muestra de debilidad en la defensa de los valores de la Sociedad Occidental, de la democracia real, de la libertad, del orden, de la propiedad, del emprendimiento… y todos aquellos principios de los cuales siempre “el país” del norte fue el baluarte y su celoso guardián.
El deseo de derrotar a Trump, más que defender el liderazgo del “mundo libre” le puede jugar una mala pasada al “Tío Sam”, podríamos ser testigos del desplazamiento (aún más evidente) de la hegemonía mundial hacia oriente. Si a ello le sumamos las nuevas y frágiles formas anunciadas para negociar con otras potencias y con organizaciones mundiales y, además vemos debilidades en materias de comercio internacional, en la resolución de conflictos, en el equilibrio del poder mundial, en la visión geopolítica de Europa, América Latina, Medio Oriente y África… ¿qué duda cabe entonces que estamos frente… “al fin de una era y al inicio de otra”, para nada auspiciosa?
En nuestro país las cosas no son diferentes… sin norte, sin relato, sin gobernabilidad… vamos a la deriva. La verdad es que no se sabe quien manda, ¿El parlamento, el Ejecutivo, los Jueces, la Contraloría, los Partidos Políticos, la calle, las encuestas o la señora Juanita? Como esta pregunta no tiene respuesta, todos hacen lo que quieren… y nadie responde por nada.
Sabiendo el Ejecutivo el daño que genera un segundo retiro de los fondos de pensiones y estando consciente los parlamentarios que estas medidas son el desmantelamiento del sistema de pensiones, se da lo más insólito, unos sin escrúpulos votan a favor porque “la gente lo pide” y, los otros, los responsables de la hacienda pública, no lo defienden con “dientes y muelas” a pesar de su dudosa constitucionalidad…
Si lo anterior no convence, sume mi ilustrado contertulio, el que “entre gallos y media noche” se están agregando 24 cupos para los pueblos originarios a los 155 constituyentes que el plebiscito consideró para redactar una nueva Constitución…
Claramente estamos, a nivel mundial y nacional, en el umbral de una nueva era, una era enrarecida, donde la constante es la ausencia de liderazgos y de convicciones, donde los principios y los valores parecieran que son transables, porque /el mundo está cambiando/ y cambiará más…/ Por lo mismo, hay que asumir lo que se nos viene y … ¡no tirar la toalla…!
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