Cristián Labbé Galilea


A riesgo de ser acusado al “Colegio de la Orden” por el ejercicio ilegal de la medicina -lo que alegraría mucho a su Presidenta-, y después de una exhaustiva observación de la contingencia, me atrevo a prescribir que nuestra sociedad padece una curiosa enfermedad, que defino e inscribo como… “Patología Social Neurótica”, la que, en esta etapa de su evolución, presenta en gran parte de la comunidad reacciones y resistencias deprimidas.

Para los contertulios que pongan en duda este diagnóstico les aclaro que, según mis exiguos conocimientos, entiendo como patología “un trastorno de los órganos” del paciente -en este caso de nuestra sociedad- que dan cuenta de la existencia de “una evidente anormalidad”… ¿Alguna duda de que nuestra realidad es patológica?

Con el concepto de neurosis, hago referencia a la afección que “el enfermo” tiene en el manejo de su realidad emocional, lo que le impide analizar racionalmente su entorno, por lo que se queda dando vueltas en círculos innocuos, o recurriendo a la negación para no aceptar lo que lo perturba… ¿Algún parecido con la realidad nacional?

“A mí la política me carga… no veo canales nacionales… las noticias son un desastre… los políticos viven en el limbo y seguirán agarrados de las mechas como siempre… la cosa no está tan mala… nada importante va a pasar…” ¿No son estos argumentos evasivos y contradictorios, que por un lado niegan y por el otro afirman?

Lo cierto es que, bajo una supuesta normalidad, pasan cosas que dan cuenta de la insana y complicada realidad que vive nuestra sociedad, y que sin dudas tendrá efectos en el tiempo… a pesar del sano optimismo de algunos…

¿Cómo va a ser normal que en un país, democrático y republicano, un Ministro del Interior dure tres meses, que solapadamente se intente botar a la mesa directiva de la Cámara, que los propios parlamentarios se nieguen a reducir el número de congresales, que se sigan produciendo impunemente hechos terroristas, que se le dé otro golpe a la “piñata” de la economía con un nuevo retiro de fondos de pensiones… que gobierno y oposición anden como el perro y el gato…? ¿Para que seguir?

Nada más claro que lo dicho para comprender por qué la sociedad está patológicamente desafectada de la política… ¡Absolutamente razonable! Pero, en esa misma línea de reflexión, es inexplicable que se piense que dicha patología no tendrá efectos a todo nivel (político, económico, social, etc.).

Estando claros el diagnóstico y la enfermedad y, asumiendo que los valores y los principios de la Sociedad Libre -libertad, orden, justicia, bienestar, familia, propiedad…-, nos exigen ver y pensar más allá de la contingencia, tenemos una tremenda obligación con las próximas generaciones, no las podemos condenar a una realidad sin expectativas.

La receta es “oftalmológica”… ¡abramos bien los ojos, miremos bien lo que está pasando… vienen días complejos…! El refrán lo dice: ¡Ojos que no ven, corazón que no siente!… ¡Sociedad que se duerme… se la lleva la mediocridad!

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